¡Amarga queja la del jefe indio Pontiac, muerto en 1769, respecto a los exacerbados crédulos protestantes!

Vinieron con una Biblia y su religión, se quedaron con nuestra tierra, aplastaron nuestro espíritu... y ahora nos dicen que deberíamos estar agradecidos al Señor por haber sido salvados.

Así todas las religiones "superiores".
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La historia de la Iglesia española está llena de "hechos pequeños" como éste que no aparecerán en la Gran Historia por ser "pequeños". Pero la vida de muchas personas, individuo a indivudo y familia a familia, se vio truncada por eese tremebundo "amor inmenso" que la Iglesia, madre amorosísima, derramó sobre su grey. Incluso en nuestro siglo XXI y en la diócesis de Madrid hemos asistido a "homicidios" similares a cargo de sus pastores: primero clavan el puñal y luego llevan al afectado al hospital para que les agradezcas las atenciones recibidas.