Papas Santos (o Beatos)

Las estadísticas son las estadísticas y ya está. Es decir, como “si fueran a misa”, siempre que no estén manipulados los datos, dado que ello conllevaría una monumental injusticia por su falta de profesionalidad, lo que en principio, y si no se aportan razones muy serias, hay que descartar. Cuando las estadísticas se refieran a temas religiosos, el rigor en su confección e interpretación es de suponer que rebasen todas las medidas.

Y, referente a las canonizaciones y beatificaciones de los Papas, que se efectúan oficialmente en todos los tiempos, y más en los presentes, -desde San Pedro a Benedicto XVI- , es de utilidad y provecho, anotar algunas reflexiones.

. El listado de Papas al frente de la Iglesia ronda el número de 265. Hacer uso del término de uso común de “reinar”- “prevalecer o tener dominio sobre otra persona”-, ni académica ni canónicamente sería adecuado ni correcto.

. A la totalidad de los Papas, desde San Pedro (a.67-76), hasta San Silverio, (a. 537), se les confiere y reconoce el título de “santo”. Desde este año al 1,000 –primer milenio-, solo 21 de los 81 del total, fueron canonizados.

. En el segundo milenio, de los 154 Papas que hubo, tan solo “alcanzaron el honor de los altares”, con el título oficial de “santos”, León IX (a.1,049 - 1,050), Celestino V, (a. 1224 ) y Pío V (a. 1,560- 1,572)

. La práctica totalidad de los Papas correspondientes al siglo XX son “santos”, o están en proceso de canonización o beatificación, con el añadido de que ya algunos fueron declarados “venerables”, que es la antesala de los citados procesos.

. Desde la perspectiva de estos datos, las conclusiones son muchas y, para algunos, ciertamente desconcertantes, y que plasman en interrogantes como estos: ¿A qué responde la desproporción registrada entre los siglos y milenios en cuanto a la declaración de santidad “oficial” para unos Papas sí, y no para otros? ¿Es que acaso la asignatura de la canonización es más difícil, y hasta improbable, en unos tiempos que en otros? ¿Es que para algunos fue un “coladero”, a consecuencia de la largueza que se empleó en la tramitación de los procesos de “las causas de los santos” por la Curia Romana? ¿Puede pensar alguien que en tan largos periodos de la historia de la Iglesia, sus “Pontífices“ no cultivaron la santidad de modo equivalente a como lo hicieron otros? ¿Qué testifica la historia en este sentido? ¿Acaso los procesos de santidad no fueron tramitados de idéntico modo en todos los casos? ¿Es verosímil, tal y como los “malpensados” refieren, que las pruebas para poder coronar las imágenes de los “santos”, no fueron exigidas exactamente las mismas para los aspirantes a “santos” y para sus patrocinadores?¿Acaso tales pruebas y argumentos “religiosos” pudieron haber sido acelerados con medios espurios tales como el dinero, las recomendaciones o ciertas presiones políticas o sociales? ¿Sería admisible que estos métodos tuvieran fuerza suficiente como para hacer “santos” a los santos, incluidos los Papas?

. Ante la comprobación del dato de que la mayoría de los Papas de los cien últimos años sean ya santos, o en vías de serlo, las más inteligentes y humildes preguntas que brotan de labios cristianos, interesados amantes de la Iglesia, son estas:¿ Puede ocurrir que las canonizaciones papales se “hereden”, de tal manera que el Papa que suceda a otro, ha de sentirse obligado a canonizarlo? ¿Por qué en este listado de los que están a la espera, no se encuentra el nombre de Juan Pablo I, el Papa efímero, cuya muerte suscitó, y suscita, tantas controversias? ¿Es posible que el tiempo, por su cortedad o largueza –menos de un año-, cuente a su favor o en su contra? ¿Está historiado y conocido todo cuanto se relaciona con el referido Papa? ¿Acaso el “misterio” puede llegar a entenebrecer una vida, y más si esta es pontificia, con la contingencia de ser declarado beato o santo? ¿Hay que rechazar toda tentación de pensar que los Papas, por Papas, tienen, como más a mano, ser beatificados o canonizados, que otros miembros de la Iglesia, con inclusión de los laicos? ¿Acaso la primacía para escalar las páginas del Año Cristiano –Santoral, han de tenerla, por oficio o ministerio, los Papas?
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