¡Dios salve a Gerona!

Porque el nuevo obispo da la impresión de que no va a hacerlo. Como si se empeñara en hacer bueno lo de que la cabra siempre tira al monte y que su paso por Tarrasa no le contagió nada de la buena línea de aquella diócesis.

Acaba de nombrar nuevo Consejo Episcopal que es más de lo mismo. De lo mismo del emponzoñado episcopado de Soler Perdigó. El primero de los nombres es el de su vicario general que, oh sorpresa, es el mismo que detentaba tal cargo desde los inicios del pontificado de Soler. Luis Suñer era la sombra negra que siempre acompañó al anterior obispo, el valedor de los del Foro Joan Alsina y el promotor de la candidatura episcopal de Tià Taltavull. Pardo se lo agradece hipotecandole gravemente su ministerio episcopal. Gerundenses, lasciate ogni speranza. Buen gol le han colado al Santo Padre con el Pardo.

El provicario Joaquín Giol es de la misma cuerda si bien más joven. O sea, peor.

Jorge Font era el rector del inexistente seminario y sigue siendo lo mismo. Cómo para pensar que eso va a cambiar. Se ve que al Pardo el paso por Tarrasa no le enseñó nada.

Queda Esteban Sureda que es un sacerdote normal. Pero que en esa minoría nada podrá hacer.

Tras el paso de Pardo no va a quedar nada del catolicismo en Gerona. Si estaba ya en la agonía para rematarlo, el abrazo del oso. Del oso pardo. Una especie en vías de extinción pero que todavía hará daño en Gerona.
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