Malas noticias para los tradicionalistas.

Y el 4 de julio cumple ochenta años el cardenal Castrillón, presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei. Con lo que cesará en sus funciones. Eran ambos los más firmes sostenedores de las posiciones tradicionalistas en el Vaticano. Y ambos desaparecen. El sustituto del arzobispo ceilandés va a ser el dominico norteamericano Augustine di Noia, persona de la confianza de Benedicto XVI pero menos identificado que monseñor Ranjith con las tesis tradicionalistas. En esos ambientes verían con gusto que un español, Juan Miguel Ferrer, ocupase la subsecretaría de la Congregación pero parece poco probable que dos españoles asumieran los puestos 1 y 3 de la misma.
Supongo que el tradicionalismo en plena comunión con la Iglesia no va a tener graves problemas aunque no va a ser lo mismo la dependencia del cardenal Castrillón que la del cardenal Levada en cuya Congregación para la Doctrina de la Fe se ha integrado la Comisión Ecclesia Dei. Las simpatías del norteamericano no son precisamente tradicionalistas.
Quienes posiblemente lo van a tener mucho peor son los lefebvristas. Que ya no tendrán a Ranjith ni a Castrillón como valedores. Han desaprovechado una ocasión de oro para reintegrarse en la plena comunión a tambor batiente. Pienso que las dificultades van a multiplicarse.
Y atención a Filoni cuya estrella cada vez brilla más. Tampoco en él van a encontrar un amigo los tradicionalistas. Y si llegara al cardenalato en el pontificado de Benedicto XVI seguramente sería uno de los papabile del sector que quisiera una línea distinta a la de los dos últimos Papas.