El Nuncio se ha olvidado de las Islas Baleares
Las diócesis de la mayor de las Islas no es comparable a las de las dos islas menores. Que estas sí son muy parejas. Ninguna de las dos llegan a los cien mil habitantes, aunque están próximas. Mallorca debe estar entre los seiscientos mil y los setecientos mil habitantes. Las Islas siempre se caracterizaron por un catolicismo activo y dieron a la Iglesia no pocas personalidades de cierta importancia. Sin necesidad de remontarnos a Raimundo Lulio, Junípero Serra o Catalina Tomás.
Hoy las tres diócesis están regidas por pastores valencianos. El mayor el de Menorca, Piris, que cumplirá los setenta y cinco años en 2014. Internedio el de Mallorca, Murgui, que los cumplirá el 2021. Y el más joven el de Ibiza, Juan, con vida pastoral hasta el 2030.
Los rumores siguen diciendo que monseñor Piris va a ser el próximo obispo de Segorbe-Castellón, nombramiento, bien en el mencionado obispo o en otro, que monseñor Monteiro viene posponiendo de modo incomprensible. Supongo que su anómala situación actual, gobernada por un administrador diocesano, se resolverá en cuestión de días. Ya hace más de seis meses del traslado a Cartagena del pastor segobricense. El menorquín es un obispo discreto que, de ser trasladado a Segorbe-Castellón, lo hará aceptablemente. Como lo hizo en Menorca.
Ante el escaso banquillo de que dispone el nuncio comienza ahora a sonar el nombre de monseñor Murgui para suceder en Valencia a Don Agustín García-Gasco. Sustitución que dada la inveterada pereza del Nuncio tendría lugar, si mantiene su ritmo actual, a comienzos del 2008. Murgui es un obispo muy aceptable que, en poco tiempo, ha corregido no poco en una diócesis muy difícil de recuperar tras la calamidad de Teodoro Úbeda.
Cuando nombraron a Juan para Ibiza, en designación que vino directamente de Roma, todo el mundo pensó que aquella iba a ser diócesis de paso en espera de mayores destinos. Después se desataron infundios que no favorecen al pastor. Y que quiero creer son infundios. De todas maneras el obispo debería extremar prudencias porque hay sambenitos muy difíciles de quitar.
Se sigue hablando de que bien por el traslado de Piris, o sin él, el vicario general de Murgui está bien colocado para las mitras próximas. El rumor más insistente le coloca en Menorca, aunque también hay quien dice que puede ser él el sucesor de monseñor Reig en la diócesis que acaba de dejar vacante.
Sea lo que fuere, hagan o no obispo al vicario general de Mallorca, es urgente un obispo nacido en las Islas. El catolicismo balear no se merece ese olvido por parte del Nuncio.