Trinitarios.

La misa de la televisión de hoy se celebró en la iglesia de los trinitarios de Córdoba. Muy digna. El altar un gerontológico salvo el concelebrante principal, que era el padre provincial, bastante más joven.

Las iglesias trinitarias, al menos las que yo conozco, son humildes, barrocas y acogedoras. Suelen tener alguna talla buena, si no pasó por ellas la barbarie de 1936, y se reza en ellas a gusto y en soledad.

Jamás he conocido a ningún padre trinitario. Tampoco sé de su línea actual. Es una orden mínima y con poca repercusión en la Iglesia. Tampoco ha conocido una gravísima crisis. Incluso podríamos decir que es una privilegiada. En 1973 tenían 529 religiosos que en 1990 eran 629. Incremento extraordinario para lo que conocemos.

Depués han bajado algo siendo en 2001 su cifra más baja: 547. En el 2005 ya habían subido a 569. De los cuales 385 eran sacerdotes. Ya quisieran la mayoría de las órdenes históricas unos datos así.

Si los concelebrantes eran en general muy mayores había entre el coro parroquial, con su hábito, cuatro religiosos jovencísimos. Y un quinto a quien vimos en el ambón. Pues para felicitarse.

Comprendo que el hábito trinitario canta mucho. Blanco y con esa cruz azul y roja en el escapulario. Puedo entender que en la calle lo disimulen. Pero ya me cuesta más trabajo ver al padre provincial en su casa deshabitado.

Pese a esto, misa muy bien celebrada, con fieles en su mayoría de bastantes años, buena homilía y vocaciones jóvenes. Y hasta el coro cantaba bien.

Mis felicitaciones pues a la Orden de la Santísima Trinidad. Que hoy además tuvo un Evangelio apropiadísimo. El de la Transfiguración. ¡Qué bien se está aquí! Pues yo también estuve muy bien en la misa de los trinitarios de Córdoba.
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