La carta de Don Fernando Sebastián, Comisario pontificio de Lumen Dei, no deja el menor resquicio a los
secuases. Someterse o la nada. Encontráis el texto en
Religión Digital,
Ecclesia Digital y
Religion en Libertad.
No hay otra salida para sus miembros que obedecer. Y para los cabecillas, ninguna. Ni Zabala, ni Mahía ni de Simone, ni alguno más van a dirigir Lumen Dei ni nada. El sueño de irse todos y seguir actuando como Iglesia con otro nombre no es viable. Ningún obispo católico va a hacerse fiador de eso. Si lo intentan no pasará de ser una secta más. Como los del Palmar de Troya.
Yo sigo pensando que don Fernando Sebastián esta haciendo un inútil derroche de paciencia. Eso ya no lo arregla nadie. Se han empeñado en el suicidio y lo han conseguido. Dada la cerrazón de los
secuases no cabe una obediencia que yo creo que, ni aunque se diera, podriá resucitar lo que han matado. Los sacerdotes recuperables que se incardinen en diócesis que quieran acogerlos. Dada la escasez seguro que van a sobrarles. Las consagradas, si quieren seguir siéndolo, que busquen congregaciones femeninas cuya regla les satisfaga. Y los refractarios, a la calle. Suspendidos los clérigos
a divinis.
Mientras no hagan eso seguiremos con el penoso espectáculo de los
secuases