Lo de los bienes aragoneses que Lérida no quiere devolver se encona cada vez más.


La primera es que la Rota Romana confirma la sentencia de la Signatura Apostólica que ordenaba devolver los bienes a Barbastro-Monzón. Ya van no sé cuantas manifestaciones y todas en el mismo sentido. Hora sería de que el obispo de Lérida cumpliera de una vez con lo que quiere la Iglesia. Esos bienes no son suyos y cuamto antes los devuelva mejor.
Pero hasta el momento no ha hecho nada en ese sentido y sí en el contrario. Hoy nos enteramos que uno de los bienes que tienen que devolverse va a exponerse en Filadelfia en el 2010 sin que su legítimo propietario, la diócesis de Barbastro-Monzón, lo haya autorizado. Lérida sigue disponiendo de ellos como si fueran suyos. Es urgente, y si no quedaría muy mal, que el obispo de Lérida anule la salida de esa tabla que no tiene que salir para Filadelfia sino para la diócesis vecina. Y cuanto antes. Si no lo hace así, el obispo Piris está haciendo trampa e intentando engañar al Vaticano. Una vez más. Porque esa parece ser la conducta habitual de los últimos obispos de Lérida. Decir a Roma: Si, Bwana. Y después hacer todo lo contrario.
Y de ello deja constancia un informador catalán que titula su artículo El complot contra Lleida haciéndose eco de un libro que ha escrito un tal Eugenio Casanova. Aunque el castellano de este informador es ´francamente mejorable creo que da noticias muy interesantes que toma del citado libro.
La primera es la confesión del propio obispo Ciuraneta, padre de todo este desaguisado que va a ser tan difícil recomponer en bien de la Iglesia, de como engañó a Roma en el asunto. Él dice "los enredé". Pues chapeau, señor obispo. Tenía muy mal concepto de usted. Pues me había quedado corto. A usted en este tema nunca le interesó la Iglesia. Es usted mucho más catalanista que católico. Como para sentirse orgulloso.
Malla, en cambio, el obispo anterior a Ciuraneta, no queda mal como pretenden el informador y el libro de marras. Estaba convencido que "la lucha era inútil". Y no la planteó. Pues, muy bien.
Y añade algo que me parece muy importante: En Roma tienen un montón de dos metros de papeles contra Cataluña y uno sólo de veinte centimetros a favor. Pues como para que se vaya preocupando la Iglesia catalanista si eso es lo que hay.
El obispo Piris tiene que devolver cuanto antes lo que no es suyo. Porque, de no hacerlo, sería un ladrón. Y eso no está bien en un obispo. En nadie pero en un obispo, peor. ¿Que la devolución le va a costar heridas? Probablemente. Que se lo agradezca a Ciuraneta que envenenó la cuestión. Pero eso iba con la mitra. Si ello le parecía superior a sus fuerzas, no haberla aceptado.
Señor obispo, cuanto antes devuelva lo que no es suyo podrá acabar con ese penoso hecho que le va a tener en los periódicos un día sí y otro también. Sus fieles terminarán olvidando la devolución. Pasará sin duda unos días malos pero poco después habrá pasado todo. Y podrá regir tranquilamente su diócesis los pocos años que le quedan. Y no se me interprete mal con lo de los pocos años. Sólo quiero decir que en septiembre de 2014 presentará la renuncia del obispàdo por cumplir los 75 años. Le quedan menos de seis años de obispo. ¿Pretende pasarlos engañando a Roma y reteniendo lo que no es suyo? No lo creo. Me consta que es usted de otra pasta. Pues anímese de una vez. Y ya verá como dormirá tranquilo. Y habrá hecho lo que tiene que hacer. No puede ser que obispo de Lérida sea sinónimo de desobediencia al Papa, de enredador y de querer apropiarse de lo ajeno. Evidentemente contra la voluntad de su dueño.