Eso es lo que dice Carlos Herrera. Aunque en realidad dice mucho más. Que fue humillado. En un artículo que entiendo no le salió bien. Porque quería ser amiguista y resultó todo lo contrario.
Que su colega Rouco es mucho Rouco lo sabemos todos. Pero en esto se equivoca Herrera. En mi opinión. No ha habido una venganza del cardenal de Madrid porque el de Sevilla no sea un fiel turiferario. Tampoco es el estilo de Fray Carlos la oposición directa. De la que por otra parte jamás hizo ostentación.Los problemas eran otros. Y muy lejanos. ¿Qué le pidieron opinión al madrileño sobre el asunto? Es posible. Pero no creo que se mojara mucho. Al fin y al cabo eran asuntos internos de otra diócesis.
Lo que Herrera se carga es la tesis oficialista. La de que nos ha llegado lo que había pedido con tanto interés el señor cardenal. Para el acreditado periodista no hubo nada de eso. Pellizcos y humillación. Palabra esta última que no es que se me antoje muy dura, es que es durísima.
¿Habría algún pellizco, monjil o cardenalicio, si el Papa se limitó a atender, con solícita benevolencia, el deseo suplicado por el cardenal de Sevilla? Parece evidente que debió haber otra cosa. O que el señor Herrera escribió un artículo sin haberse enterado de nada. Que también es posible. Pero que lo de Sevilla está, por lo menos, muy confuso parece que es opinión bastante generalizada. Pese a la bula.