En Rumores de Ángeles de anteayer día 5 se nos dice que parece próximo el nombramiento de Martínez Camino como nuevo obispo de Palencia. Esta cigüeña, volando en febrero sobre el cereal que apuntaba en Tierra de Campos, ya había captado el rumor con más de un mes de anticipación. Y así crotaleaba el 24 de febrero desde su torre, que en esta ocasión era la de la Trapa de Dueñas:

"Y ya que de quinielas hablamos no podemos dejar de mencionar al "Encaminado". Que sigue figurando en todas. Si Roma, que no suele ser olvidadiza, le ha perdonado la gran metedura de pata del condón, que aún habrá que verlo, le adjudican dos diócesis fáciles y próximas a Madrid, Palencia y Albacete, que le permitirían simultanearlas con su puesto de secretario de la Conferencia Episcopal. Aunque lo que más se sigue diciendo es que su anhelado nombramiento, si llegara, sería el de auxiliar del cardenal Rouco. Pero tal vez Benedicto XVI aún se acuerde de aquel monumental patinazo".

Sea lo que sea, se cubra Palencia con el antipático jesuita o con cualquier otro, hora va siendo ya de que el nuncio se gane el sueldo y nombre de una vez los obispos de Segorbe-Castellón, Palencia y Albacete, vacante la diócesis levantina desde el 24 de septiembre de 2005, y la castellana y la manchega desde el 9 de enero de 2006.

¿Es tan difícil encontrar un obispo para esas tres complicadísimas diócesis? Si no fuera porque no quiero arruinar la carrera de unos buenos sacerdotes yo ya mismo le daría al nuncio diez o quince nombres. Aunque a mí no me pagan para eso.

¡Más de seis meses para encontrar un obispo para Segorbe! ¡Tres para Albacete y Palencia! Y eso, por ahora. Qué igual necesita monseñor Monteiro otros tantos, cual Diógenes con su candil, en la dificilísima búsqueda. Cuanto antes proceda a los nombramientos antes se terminarán los bulos, las diócesis cesarán en una interinidad que no es buena y, si se confirmara lo del Encaminado, éste, ya con la mitra calada, habría colmado todos sus anhelos. De momento. Hasta que comenzara a encaminarse hacia el palio. Porque los hay con vocación andariega.