El que me faltaba de los 18.

Uno de los innumerables amigos que a esta cigüeña le han nacido desde que inauguró el Blog me envía la hoja Diócesis del obispado andaluz que me aclara algo que yo tenía confuso y que es bueno que todos conozcan. Y que me convence de que Dorado estaba entre los 18. Dice el obispo que tiene voz y voto en la Conferencia Episcopal hasta el próximo 13 de diciembre, día en el que Don Jesús Catalá tomará posesión de la diócesis de la que Dorado es administrador apostólico.
A partir del día 13 y cesado ya en esa función pasará a tener en la Conferencia Episcopal voz pero no voto. Así que creo que podría poner la mano en el fuego sin riesgo de quemarme asegurando que fue uno de los firmantes de la propuesta dieciochesca.
Y ahora me viene otra duda que seguramente algún amable lector nos aclarará. Ahorrándome el leer los estatutos de la CEE cosa que me da una pereza enorme. Y es el caso del obispo al que le aceptan la renuncia y ha perdido la jurisdicción administradora, bien porque no se la hayan encomendado o bien porque, aun encomendada, cesó en ella por la toma de posesión del sucesor, pero que es presidente de una Comisión episcopal. ¿Cesa en esa presidencia al aceptársele la renuncia? ¿La mantiene hasta las próximas elecciones? ¿Y, cómo presidente, conserva el voto hasta esas nuevas elecciones aunque no tenga ya ninguna jurisdicción sobre su antigua diócesis?
Me estoy refiriendo al caso de José Sánchez, actual obispo de Sigüenza-Guadalajara, que presentará la renuncia del obispado el 30 de octubre de 2009 y cuyo mandato al frente de una comisión episcopal de poca monta en principio debería durar hasta las elecciones del 2011. ¿Cesa en esa función cuando le acepten la renuncia? ¿La mantiene, caso de que le encomienden la administración apostólica hasta la toma de posesión de su sucesor? ¿O hasta que en las siguientes elecciones, caso de no cesar en la presidencia, nombren a otro?
No voy a ocultar mi impaciencia por que algunos obispos, Uriarte o Sánchez, por ejemplo, desaparezcan cuanto antes de las decisiones de nuestros obispos. Pero tal vez haya que aguantarse con el alcarreño hasta la primavera del 2011. Dos años y tres meses. Si así fuera, paciencia. Hemos hecho derroches de ella pues tampoco pasa mucho por aguantar esa prórroga.
De las declaraciones de Dorado en estos días de despedida señalaré dos cosas que me han sorprendido algo aunque no tengan demasiada importancia. Dice que quiere colaborar con monseñor Catalá "a quien acepto como nuestro obispo de Málaga". Pues yo pienso que esa aceptación no tiene el menor valor. Don Jesús es el nuevo obispo de Málaga lo acepte o no su antecesor. Y si no lo aceptara se colocaría en el cisma.
La otra es que espera encontrar tiempo para poder hacer el mes de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio que no pudo hacerlos desde 1956. Es decir, desde que fue ordenado sacerdote. Me parece perfecta su decisión. Lo que me extraña es que en 52 años no hubiera encontrado ocasión para practicarlos. Pero nunca es tarde si la dicha es buena.