Una utopía necesaria Defender la democracia e inaugurar una socio-ecológica o ecosocialista

Transición
Transición Carlos de Castro

"La Tierra está cambiando de forma irreversible. Hemos entrado en un nuevo régimen climático mucho más caliente y amenazador. La ciencia y la técnica han llegado atrasadas"

"Si queremos continuar sobre este planeta tenemos que elaborar otro paradigma civilizatorio, amigable con la vida y en el que nos sintamos hermanos y hermanas de todos los demás seres vivos, como lo postula el Papa Francisco en la Fratelli tutti(2020)"

"Si queremos sobrevivir juntos, esta democracia deberá ser una biocracia, una sociocracia, una geocracia y una cosmocracia, en una palabra, una democracia ecológico-social o ecosocialista. El tiempo urge"

La Tierra está cambiando de forma irreversible. Hemos entrado en un nuevo régimen climático mucho más caliente y amenazador. La ciencia y la técnica han llegado atrasadas. Sólo con lo acumulado en la atmósfera de gases de efecto invernadero se está trasformando el curso del planeta vivo. Los distintos saberes, desde los populares a los más científicos, apenas pueden disminuir los efectos dañinos. Pero estos vendrán con más frecuencia y más graves. 

Si queremos continuar sobre este planeta tenemos que elaborar otro paradigma civilizatorio, amigable con la vida y en el que nos sintamos hermanos y hermanas de todos los demás seres vivos, como lo postula el Papa Francisco en la Fratelli tutti(2020). Pues con ellos tenemos el mismo código genético de base. 

Dentro de este contexto se impone la urgencia de otro tipo de democracia: la socio-ecológica o la ecosocialista. Ella representaría la culminación del ideal democrático, exactamente en este momento en que constatamos un descenso grave de los ideales democráticos en un contexto de ascenso de movimientos autoritarios.Hay que añadir los peligros para la democracia y para la vida humana la inteligencia artificial que puede ser altamente destructiva o bien benevola, pero trabaja con millones y millones de algoritmos que ya no dependen de nuestro control.

Subyacente a ella está la idea originariade toda democracia: todo lo que interesa a todos debe ser pensado y decidido por todos.

Hay una democracia directa en pequeñas comunidades o en un país como Suiza. Para agrupaciones sociales más grandes, se proyectó la democracia representativa. Como por lo general la controlan los poderosos, se propuso una democracia participativa en la cual los del piso de abajo pueden participar en la formulación y seguimiento de las políticas del país.

Avanzando más se creó una democracia comunitaria, vivida por los pueblos andinos, en la cual todos participan de todo dentro de una gran armonía ser humano-naturaleza. Es el “bien vivir y convivir”. Se vio que la democracia es un valor universal (N.Bobbio), practicado cotidianamente en la vida, en la familia, en las asociaciones y en la forma de organizar el estado. También es una democracia sin fin (Boaventura de Souza Santos), pues siempre pode ser perfeccionada y nunca está terminada. Ante la inminencia del riesgo de desaparición de la especie humana, todos, para salvarse, se unirían en torno a una superdemocracia planetaria (J.Attali).

Más o menos en esta línea deben ser pensadas y vividas las distintas formas de democracia. Los sobrevivientes de la gran transformación de la Tierra, estabilizando su clima medio en torno a los 38 grados centígrados o más, habrán de aplicar medidas drásticas. Como modo de supervivencia tendrán que incorporar nuevas formas de relación en armonía con la naturaleza y con la Madre Tierra. De ahí se pensó este tipo de democracia socio-ecológica. Es social por envolver a toda la sociedad. Es la gran propuesta del ecosocialismo, que no tiene nada que ver con el frustrado socialismo real ya desaparecido. 

Esa democracia socio-ecológica o ecosocialista tiene como eje estructurador lo ecológico. No como una técnica para garantizar la sostenibilidad del modo de vida humana en los moldes del paradigma vigente del ser humano dominus=señor que está fuera y encima de la naturaleza, sino como frater= hermano y hermana, que es parte y está dentro de la naturaleza. La ecología sería pues un arte, un modo de convivencia tierna y fraterna con la naturaleza.

El modo de producción y las instituciones ya no obligarán a la naturaleza a adaptarse a los deseos humanos. Estos se adecuarán a los ritmos de la naturaleza, cuidando de ella, dándole reposo para que pueda regenerarse. El ser humano sentirá que es la propia naturaleza, de suerte que cuidando de ella estará cuidando de sí mismo.

La singularidad del ser humano, y esto ha sido comprobado por los neurólogos, genetistas, bioantropólogos y cosmólogos, es presentarse como un ser-nudo-de-relaciones, de amorosidad, de cooperación, de solidaridad y de compasión. Esto lo dijo James D.Watson en su libro ADN. El secreto de la vida (2005): el amor y la solidaridad pertenecen al código genético humano.

Tal singularidad aparece mejor cuando lo comparamos con los simios superiores, de los cuales nos diferenciamos solo en un 1,6% de carga genética. Ellos también tienen una vida societaria, pero se orientan por la lógica de la dominación y la jerarquización. Nosotros nos diferenciamos de ellos por la cooperación y por la comensalidad.

Hoy se admite que tanto la naturaleza como la Tierra son sujetos de derechos. Son los nuevos ciudadanos con los cuales debemos convivir amigablemente. La Tierra es una entidad biogeofísica, Gaia, que articula todos os elementos para continuar viva y producir toda la biodiversidad. En un momento avanzado de su evolución y complejización empezó a sentir, a pensar, a amar y a cuidar. Fue entonces cuando surgió el ser humano, hombre y mujer, que es la Tierra pensante y amante.

Si queremos sobrevivir juntos, esta democracia deberá ser una biocracia, una sociocracia, una geocracia y una cosmocracia, en una palabra, una democracia ecológico-social o ecosocialista. El tiempo urge. Debemos generar una nueva conciencia y prepararnos para los cambios que no tardarán en llegar. 

¿Es una utopía? Sí, pero una utopía necesaria si todavía queremos vivir en este planeta. 

*Leonardo Boff ha escrito con Jürgen Moltmann ¿Hay esperanza para la creación amenazada? Vozes 2014; Cuidar la Tierra-proteger la vida:cómo evitar el fin del mundo, Record 2010.

Traducción de MªJosé Gavito Milano

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