Demasiado protagonismo eclesial

Cuando por motivos de trabajo dejo Valencia suelo llevarme algún libro para aprovechar los tiempos libres. A Lima me llevé dos libros y los acabé de leer tres días antes de mi regreso. Tuve entonces tiempo para repasar los distintos portales religiosos que hay en internet, y me saturé de noticias, más o menos escandalosas, relacionadas con cardenales, obispos y curas. A estos portales hay que agradecerles que publiquen informaciones poco edificantes, porque de otro modo no nos enteraríamos. Desgraciadamente la política oficial en la Iglesia ha sido la de ocultar lo malo, buscando así no desprestigiar a la Iglesia. Pero el ocultamiento encaja mal con el Evangelio y es un signo evidente de pecado. Todo el que obra mal huye de la luz, pero no hay nada oculto que no termine por saberse.

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