Cuando un cristiano, en nombre de su fe, levanta la voz en cuestiones de moral social, de justicia, de solidaridad, de compartir los bienes, siempre hay quien dice: eso es meterse en política. Pues sí, claro que es meterse en política. Pero no decir nada, o hablar sólo de familia y sexualidad, también es meterse en política. La cuestión no es si hacemos o no política, porque hagamos lo que hagamos, siempre hacemos política. La cuestión es qué tipo de política hacemos y por qué hacemos ese tipo de política.
Leer más