¿Políticos en actos religiosos? Depende

La profesión de fe comienza con un verbo conjugado en primera persona del singular: “yo creo”. El sujeto de este verbo es cada persona individual que recita el Credo. Porque la fe es un acto personalísimo, del que solo yo soy responsable. Nadie puede creer por mí. Ni siquiera la Iglesia. El creer es un acto, una actitud que me concierne personalmente. Sin duda, el acto de fe es también un acto eclesial, en la medida en que los otros creyentes lo recitan igual que yo. Pero aunque lo lógico sea recitar la profesión de fe en común, formando Iglesia, cada uno es responsable de la fe profesada.

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