Salvación universal, posibilidad real

“Dios, nuestro Salvador, quiere que todos los hombres se salven” (1 Tim 2,3-4). Esta proclamación del Nuevo Testamento tiene que tener bastantes posibilidades reales de realizarse, para no ser una pura declaración retórica. Ahora bien, la salvación cristiana se logra al acoger el amor que Dios ofrece a todo ser humano. El amor se acoge dando amor. En el amor, no basta con que uno ame, es necesario que amen los dos. Por tanto, la salvación depende (al menos hasta un cierto punto) también del ser humano. No hay amor a la fuerza. En el amor se requiere que los dos libremente se acojan.

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