En el principio estaba la mujer

La mujer está en todos los principios importantes de la historia de la salvación. Está presente en la creación, hasta el punto de que, sólo cuando ella aparece, la obra creadora de Dios alcanza su perfección. Si la creación es obra de “la Palabra”, que desde el principio estaba en Dios, sólo cuando aparece un animal que habla puede decirse que la Palabra creadora ha logrado dejar su huella propia en la creación. Pero esta “criatura de la Palabra”, que es el ser humano, no puede ejercer su capacidad hablante mientras no encuentra un interlocutor que esté a su nivel. Por eso, un hombre sólo no es una buena creación, tal como reconoce el mismo Dios. Sólo la presencia de la mujer hace posible la palabra y con ella culmina la creación. Ante su presencia, el varón dice una palabra de admiración y agradecimiento. Esa es la primera palabra de la historia de la salvación: admiración y agradecimiento por la mujer.

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