(José Luis Cortés, en "Ciclo C", Rd-Herder-).- La buena alimentación es imprescindible para alimentar nuestra vida resucitada. Pero para mantenernos a punto también es preciso hacer ejercicio. La vida cristiana entendida, pues, como "deporte": un maratón (¡Maranatha!, "el Señor viene") que tiene como único entrenador a Cristo (DOMINGO: "Mis ovejas escuchan mi voz"), sin hacer caso de otras sugerencias (LUNES: "A un extraño no lo seguirán") ni de otros ejemplos de quienes no son "de sus ovejas" (MARTES).
Una carrera limpia, a plena luz del día (MIÉRCOLES: "No andará en tinieblas"); y un mundo entero para caminar (JUEVES: "Ellos se fueron a predicar por todas partes"), con la verdad y la vida por delante (VIERNES: "Yo soy camino, verdad y vida"), que nos llevarán sin duda a la meta (SÁBADO: "Quien me ve a mí, ve al Padre").
¿Nos apuntamos a una carrera deportiva organizada por Jesús, nuestro entrenador?
"No vamos a mantener una vida sana sin ejercicio, aunque se trate de ejercicios 'espirituales'. Esta semana nos proporcionará temas para esta reflexión tan 'deportiva'"