Un libro de la editorial Ciudad Nueva 'Maranatha. La vida después de la muerte'

(Antonio Aradillas).- "Maranatha" o ""¡Ven, Señor, Jesús¡" (Ap. 22,20), rezaban con fe, convencimiento y esperanza los primeros cristianos, sobre todo, los orientales, deseosos de ver lo antes posible el rostro del Salvador del universo...

Entonces, ¿cómo ha podido suceder que ese mismo Jesús se haya convertido en el "rex tremedae maiestatis", y su encuentro con Él sea presentado como el "dies irae, calamitatis et miseriae" de los cristianos medievales, y más exactamente de los pertenecientes a las Iglesias de Occidente?

Es esta, entre tantas otras preguntas, la que con desconcierto y confusión teológica, se han formulado no pocos cristianos a lo largo de la historia eclesiástica, no dejando de hacerlo también en la actualidad, con idénticos, o superiores temores, énfasis y desconfianzas.

En tal panorama, y precisamente en su colección "Raíces de la fe", acaba de publicar la editorial "Ciudad Nueva" -CN-, el libro titulado "Maranatha", y el subtítulo de "La vida después de la muerte", del que es autor el padre jesuita Tomás Spidlit, nacido en Moravia -República Checa- , con estudios de filosofía y teología en diversas universidades europeas, profesor del Pontificio Instituto Oriental, y que fuera creado Cardenal en el año 2,003, falleciendo en Roma en el 2010.

Del mismo autor es obligado asegurar que "explora en las fuentes patrísticas y orientales que escriben los temas de los últimos tiempos relativos a la escatología, como la muerte, el infierno, el juicio final, la vida eterna y demás "novísimos" o postrimerías, fundamentándolos unos tras otros en argumentos bíblicos, y transformando los símbolos en un sistema lógico, sin nexo alguno con la vida concreta, pero como un encuentro entre la acción de Dios y la maduración del mundo, donde la historia no es solo la materia para el juicio, sino también los "ladrillos" con los que se construirá la nueva Jerusalén".

El libro "Maranatha" es de una actualidad eterna teológica. Filosóficamente serio y de enorme e inexquivable interés para toda clase de lectores, y más para los cristianos. Acerca de la teología de la cruz y de su victoria en el arte, por ejemplo, se hace noticia el recuerdo de que " en el Código Siríaco de Rábulas, en el siglo IV, Jesús en la cruz está revestido con el manto blanco, como un rey, tiene los ojos abiertos, y el sol y la luna indican que su reino no conoce ocaso...

También en el arte románico se representa a Cristo como "Rey Triunfador", y lleva una corona de verdad, y no la de espinas. La Edad Media franciscana propagó la devoción a Cristo sufriente, pero sin derivarla hacia el "dolorismo", dado que la llamada "Cruz de san Francisco" y otras, suelen tener el brazo más corto adornado de imágenes complementarias, como las de la Transfiguración, la Ascensión y la Resurrección...

La lectura de los capítulos "Observaciones prácticas para mirar con objetividad las lecciones del juicio final", del cielo, del infierno, la intercesión de los santos, la Ascensión del Señor al cielo, el fuego tenebroso, el cuerpo espiritual, la vida eterna, la belleza del mundo, la resurrección, la escatología progresiva... contribuirá a disipar no pocas dudas suscitadas en los tiempos puerilmente catequísticos, y posteriores, en los que el llamado "santo temor de Dios" habría de regir nuestro adoctrinamiento en la fe, pletórico de turbaciones, miedos, desconfianzas e intimidaciones, ajenas a cualquier planteamiento que pudiera intitularse "religioso", y menos, cristiano, cuyo protagonista habría de ser "nuestro Padre Dios".

Aseguro que este libro les devolverá a muchos la fe verdadera, "pondrá las cosas en su sitio" y tornará más asequibles los caminos que conducen a la belleza y a la misericordia, divina y humana.

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