El padre Ángel y el líder de Podemos presentan "El camino de los refugiados", de Irene López (Edelvives) Pablo Iglesias: "Ahora tenemos la suerte de tener un Papa distinto"

(Jesús Bastante).- Una lucha común, más allá de las identidades. Desde la fe, o la ideología, que pueden ser coincidentes, pues el Evangelio, los derechos humanos, tienen en común la lucha contra las desigualdades de todo signo. También, y especialmente en nuestros días, las de decenas de miles de refugiados, olvidados en las fronteras del mal llamado "mundo libre".

Esto fue lo que se vivió anoche, durante la vibrante presentación de "El camino de los refugiados", escrito por Irene López y publicado por Edelvives, en una abarrotada Casa de la Panadería. Por el contenido de una novela juvenil que busca, en palabras de la autora, "dar voz a los que no la tienen, y sacudir las conciencias" de una Europa dormida, y por la categoría de los presentadores.

A un lado, el padre Ángel, sacerdote, presidente y fundador de Mensajeros de la Paz; al otro, el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. Junto a ellos, Irene López, y Abdul, un refugiado sirio que emocionó a todos con su cruel -y esperanzada- trayectoria de vida.

Pablo Iglesias trazó la idea de una colaboración "en lo esencial" entre todos aquellos que buscan un mundo nuevo. Y puso especial énfasis en lo que significa el Papa Francisco en la Iglesia y la sociedad hoy. "A pesar de tener muchas diferencias con el Papa Francisco, en lo fundamental estamos de acuerdo. Ahora tenemos la suerte de tener un Papa distinto."

El líder de Podemos que consideró "un honor" poder presentar el libro junto al padre Ángel, "un ejemplo de católico, con una labor impresionante", por el que siente "admiración", calificó el libro de Irene de "una joya", porque "expone la responsabilidad que tenemos los europeos por los refugiados".

"Es vergonzoso que España no se haya traído a todos los refugiados que tenía que traer", denunció el líder de Podemos, considerando la presentación del libro como "una excelente oportunidad para poner sobre la mesa que los derechos de todos los seres humanos estén en primer plano".

"Mi abuelo fue socialista, desde su confesión cristiana", confesó Pablo Iglesias, quien aseguró que le encantaría poder encontrarse "en cuanto sea posible" con el papa Francisco, a quien regalaría un libro ("no creo que Juego de Tronos fuera el mejor regalo", subrayó entre risas): "San Manuel Bueno Mártir" de Miguel de Unamuno.

"Esa manera de entender el humanismo y el cristianismo, nos sirve para trabajar juntos", destacó Iglesias. "Con otras identidades, con otros símbolos, no están diciendo nada distinto a lo que decimos nosotros. Esa es la alianza fundamental que hay que construir", incidió el político, quien abundó que "la transversalidad que defendemos tiene que ver con que se junte mucha gente que piense distinto, pero que tienen claro que lo fundamental es la dignidad de los seres humanos".

"Si somos capaces de construir un proyecto político en el que los derechos humanos y la dignidad informen lo que estamos dispuestos hacer, seremos capaces de construir algo mucho más importante que la identidad o los símbolos de los que provengamos cada uno", culminó el líder de Podemos. "Hay una alianza que debemos ser capaces de tejer", apuntó, mirando al padre Ángel.

Por su parte, el padre Ángel, presidente y fundador de Mensajeros de la Paz, recordó su reciente encuentro con el Papa, en el que "aunque no lo creáis, estuve hablando de este libro, de los refugiados, de los sin techo, de los descartados, y me dijo que ellos sí que son carne de Cristo, porque están sufriendo mucho, pero sin rendirse. Con la esperanza de salir adelante, enseñándonos con su ejemplo que el ser humano no puede dejarse deshumanizar".

Para eliminar suspicacias, el sacerdote señaló, entre risas, que "sé que algunos al vernos aquí en la mesa, habéis tenido una sonrisa, no sé si pícara o sorprendente, pero yo quiero confesar que estoy feliz, que es un privilegio compartir la mesa con los que estáis aquí".

Recordando uno de sus primeros encuentros con Pablo Iglesias, el presidente de Mensajeros recordó cómo "me dijiste que una política mejor era posible, y que no se asustaran, que no ibas a quemar nada de lo que había allí".

"Este libro está escrito con lágrimas, con el corazón, con coraje... Soy un testigo excepcional de lo que ha presenciado al respecto la autora de este libro", señaló el padre Ángel, quien recordó un viaje con Irene López a otra frontera, la de Melilla, protestando por la presencia de concertinas. "El mensaje de Irene a la sociedad empezó así, con la denuncia de la situación de los inmigrantes. Pero solo unos años más tarde, la crisis migratoria explotó, convirtiéndose en un problema mayor: una crisis humanitaria no de inmigrantes, sino de refugiados".

Al cabo de unos años, otra nueva frontera. Irene acudió con Mensajeros de la Paz a Presevo (en Serbia) y al campamento de Moria (en la isla griega de Lesbos)", señaló el religioso. "Nos recuerdo en Lesbos a los dos, animando a unos voluntarios de Andalucía; bomberos solidarios a los habían metido en la cárcel por ayudar a las personas que llegaban sin papeles. Reconozco que no fui capaz de miraros a los ojos, a los voluntarios, se me llenaban los ojos de agua, y pensaba, 'no es posible que esto sea verdad, que contemplemos cómo se ahoga la gente, cómo sancionan a los que ayudan, en pleno siglo XXI'".

"Todo esto está en el libro de Irene y en la experiencia de Abdul. Porque tanto Nabil, que protagoniza la novela de Irene, emocionando al lector desde el principio, como Abdul saben lo que es subirse durante tres horas a ese cayuco de goma, y sentir miedo. Y llenarse de esperanza en medio de la rabia. Rezar para llegar vivo", apuntó el padre Ángel, señalando al otro gran protagonista de esta historia, un refugiado sirio que logró cruzar todas las barreras y todas las fronteras.

"No me extraña que el Papa Francisco desde el balcón dijera un día, ante lo de Lampedusa, ante más de 120 muertos, muertos que vi. Niños que habían muerto sin nombre, sólo con frío, como Aylan", denunció el presidente de Mensajeros de la Paz, quien señaló cómo tiene que ser el Papa "quien diga que es un escándalo que en pleno siglo XXI siga sucediendo esto, y a los líderes de nuestras tan avanzadas sociedades parezca que no les duela en la conciencia".

"El problema de los refugiados sigue siendo un gran problema, y por eso yo, como hace el Papa, lo repito una y otra vez. Terminemos con esta tercera guerra mundial a trozos", culminó el padre Ángel, quien pidió al líder de Podemos que "vengas tú a estos campos, Pablo".

"Irene fue y ahora puede contarlo. Cuidó a esos niños, dio de comer en las carpas que montamos los de Mensajeros de la Paz junto a Remar. Y las imágenes que allí vio, casi tiritando en la gélida Serbia, las ha escrito con el corazón en este libro. Y con elegancia. La elegancia de la valentía", culminó el religioso.
"Este libro puede ser un regalo perfecto para estas navidades. Una sacudida para los que queremos olvidarnos de los campamentos de refugiados", subrayó el padre Ángel.

"Y al mismo tiempo una esperanza. Una lección de esperanza, coraje y bondad que el niño Nabil nos da. Lo mismo que el testimonio de nuestro querido Abdul. Porque lo malo, indudablemente, es aprendizaje. No sé por qué, pero lo es. Lo sé cuando miro a los ojos de Abdul, y más que sufrimiento, veo fuerza. La misma que estáis viendo. O cuando miro a Irene, que ha aprendido tanto a base de viajar a las periferias, de acercarse a los que sufren, de no tenerle miedo a las diferentes caras de la pobreza".

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