"¡A vosotros, jóvenes!" (San Pablo) Un libro que hace pensar

(Ferran Blasi Birbe, en Catalunya Cristiana). Las Jornadas Mundiales de la Juventud que se empezaron a celebrar alrededor de Juan Pablo II en 1986 han tenido respuestas positivas variadas y han producido excelentes frutos de diversos tipos, y muchos todavía inconocidos.

Para muchos el impacto de alguna Jornada es siempre una sensibilización para los temas relacionados con ella, y a menudo el inicio de un interés más profundo por todo lo que conduce a la trascendencia. Provoca a veces una valoración de los aspectos más sólidos de la formación personal. Se ha visto también en la última en la admiración general que ha provocado la calidad de las enseñanzas de Benedicto XVI y la madurez que demostraban los elementos racionales de una fe doctrinal que presentaba a los chicos y chicas, y con ellos, a todo el mundo. Y un efecto parecido se ha podido producir en los grupos de catequesis y en las conferencias dadas por obispos de diferentes áreas lingüísticas.

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