Trabajo transfronterizo con indígenas ticuna Aula Viva sobre Agricultura Agroforestal: una Iglesia que traspasa fronteras

Aula de Agroecología con indígenas ticuna
Aula de Agroecología con indígenas ticuna

Participaron 20 familias de agricultores de la Comunidad Indígena Umariaçu

Son instancias formativas en las que se trabajan las necesidades para posibilitar el pasar de una realidad de escasez a la abundancia

Indígenas ticuna

Una Iglesia que supera fronteras es uno de los logros del Sínodo para la Amazonía, algo que se ha ido concretando a nivel general y en pequeñas acciones y proyectos que dan sentido al trabajo de reflexión y organización a nivel general.

Podríamos decir que la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), que recientemente ha sido erigida canónicamente por el papa Francisco, es una de esas grandes expresiones a nivel general. También existen las pequeñas iniciativas, que no siempre son conocidas, pero que dan sabor al trabajo que la Iglesia viene realizando en tantos lugares de la Amazonía, en las periferias, en las fronteras que no siempre son entendidas por los habitantes originarios de estos lugares.

Un ejemplo claro de eso lo encontramos en la Triple Frontera entre Brasil, Colombia y Perú, donde históricamente vivieron los ticuna, uno de los pueblos más numerosos de la Amazonía. Actualmente son más 50 mil ticunas, 36 mil en Brasil, 8 mil en Colombia y 7 mil en Perú. Para ellos las fronteras entre los tres países es algo que no siempre entienden y que muchas veces no tienen en cuenta en su vida del día a día.

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En un ejemplo más de esa Iglesia que camina en red, que supera fronteras y genera caminos comunes entre diferentes instituciones eclesiales y civiles, tuvo lugar de 21 a 23 de octubre un Aula Viva sobre Agricultura Agroforestal en la Comunidad Indígena Ticuna de Umariaçu I, situada en el municipio brasileño de Tabatinga, en el Estado de Amazonas.

El aula forma parte del Proyecto Vida, que las hermanas Cordimarianas llevan a cabo desde São Paulo de Olivença, con la asesoría de la fundación colombiana Caminos de Identidad (FUCAI). En el evento también estuvieron presentes el Servicio Jesuita Panamazónico, que tiene su sede en la ciudad colombiana de Leticia, y la Caritas de la diócesis brasileña del Alto Solimões.

A lo largo de los tres días, como informa Verónica Rubí, misionera laica argentina, que articula la Caritas en la diócesis de Alto Solimões, participaron 20 familias de agricultores de la Comunidad Indígena Umariaçu, donde la misionera reside.

Las aulas vivas, según Rubí, son instancias formativas en las que se trabajan las necesidades para posibilitar el pasar de una realidad de escasez a la abundancia, del monocultivo, muchas veces solo plantan yuca, al cultivo diversificado en el que se evite la quema de la selva. Para eso, se entregaron a cada una de las familias semillas y árboles frutales y maderables.

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Todo lo explicado el primer día fue puesto en práctica en el segundo, algo que fue vivido como una buena experiencia por los participantes, que se han comprometido a emprender estos cultivos diversificados, sin quemadas, enseñando a sus hijos a asumir estas prácticas agroforestales.

El curso finalizó con un día de cocina nativa, siendo trabajada la importancia de una alimentación variada, rica en proteínas, vitaminas e hidratos de carbono, afirma la articuladora de Caritas Alto Solimões. Distribuidos en cuatro grupos fueron elaborados 25 platos diferentes, con carnes, frutas y verduras locales, mostrando las muchas posibilidades que existen en ese sentido.

Verónica Rubí, como articuladora de Caritas Alto Solimões y como misionera, dice sentirse “agradecida a todos los que contribuyeron para la realización del Aula Viva, que viene para mejorar la calidad de vida de las familias de nuestra comunidad, que trae Vida y Vida en Abundancia”.  

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