Las CEBs y la fuerza del testimonio

Las CEBs (Comunidades Eclesiales de Base) han retomado su vigor en los últimos tiempos. La llegada del Papa Francisco y su deseo de hacer realidad una Iglesia en salida, que esté presente en las periferias geográficas y existenciales, una Iglesia pobre y para los pobres, donde el papel de la mujer cobre cada día una mayor importancia, son elementos que llevan a hacer tal afirmación.

Para avanzar en el camino que permita continuar en este sentido, desde el día 21 al 24 de mayo de 2015 se reúnen en la diócesis de Caetite, Bahía, las CEBs del Regional Nordeste 3 de la CNBB (Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, por sus siglas en portugués), que engloba las 25 diócesis de los estados de Bahía y Sergipe. Unos 300 delegados y delegadas, representantes de las comunidades de base de 19 diócesis, se han hecho presentes para reflexionar juntos y celebrar a partir del tema del encuentro: “CEBs y la fuerza del Testimonio”, teniendo como lema: “El modo de ser Iglesia en todos los rincones”.

Todos los encuentros de CEBs parten del análisis de la realidad social, que en éste fue desarrollado por Alideia, asistente social, mujer que escogió vivir en el campo para criar su familia, una de las tantas que viven su fe en esas pequeñas comunidades diseminadas en este inmenso país llamado Brasil y que con su testimonio ayudan a construir un mundo mejor para todos.

Partiendo de su realidad personal, una mujer que vive en el campo, constató que la paz mundial está amenazada y que a veces eso viene motivado por la religión, sobre todo cuando ésta se convierte en fundamento de regímenes totalitarios, como ocurre actualmente con el Estado Islámico. Nos hemos acostumbrado a convivir con imágenes crueles, masacres (asesinatos de jóvenes negros, violencia de género, paro, hambre…), sin cuestionar, sin indignarnos ante tanta violencia. La cultura del indiferentismo, egoísta, acomodado y que convierte todo en descartable, nos lleva a ver esas realidades como algo normal, a ignorar situaciones de muerte, como la tragedia humanitaria que se repite constantemente en las aguas del Mediterráneo. Y se pregunta, ¿si los derechos humanos todavía no son respetados en la sociedad actual, cuánto más los derechos sociales?

Constata que en América Latina, la política llevada a cabo por diversos gobiernos ha ayudado a disminuir el hambre y promover una mejor distribución de renta entre los más pobres. En el caso concreto de Brasil, la situación política y la falta de aceptación por parte de la élite nacional de la victoria de Dilma Rousseff y la actual composición del Congreso Nacional provoca un escenario social de imprevisibles consecuencias.

Hay personas que hablan más con sus actitudes que con sus palabras, convirtiéndose en verdaderos testigos. Uno de ellos es Monseñor Luis Flávio Cappio, pastor de la diócesis de Barra, un obispo con olor a oveja, a quien su testimonio le llevó a hacer dos huelgas de hambre por defender el Río San Francisco, el mayor del Nordeste brasileño, y sus habitantes, parte de los cuales son el rebaño que la Iglesia le confió.

A la luz de la fiesta de Pentecostés, destaca la importancia del Espíritu Santo en la vida de las comunidades, presente en la figura del nuevo beato Oscar Romero, convertido a partir del sufrimiento de los pobres, en Santa Rita de Cassia, santa de las causas imposibles, que muchas veces son las causas de las CEBs, en el Papa Francisco, gran acontecimiento de la Iglesia de los últimos tempos, que junto con el documento de los obispos brasileños, “Iglesia comunidad de comunidades”, que ha sido profundizado durante este encuentro, han hecho que la vivencia de la fe de las CEBs haya dejado de estar en las periferias para ocupar el centro de la nueva forma de ser Iglesia.

Cita el ejemplo del testimonio de vida de Teresa de Calcuta y como desde ahí provocó la conversión de mucha gente. Las palabras convencen, pero es el testimonio de vida lo que arrastra a las multitudes. En las CEBs ese testimonio de vida viene de cada persona sencilla que vive su fe en ellas y cree en esa forma de ser Iglesia tan antiguo y tan nuevo. Es necesario convertirse a la comunidad, conocer su valor, para descubrirla como gente que realiza juntos el arte de vivir.

Hacer la experiencia de Jesús, presente en los pobres, es un desafío para las CEBs. Éstas sólo tendrán la fuerza del testimonio si en su corazón tienen la presencia viva de Jesús, como sucedió con las primeras comunidades, capaces de derramar su sangre porque sabían que el Resucitado estaba con ellos. Señala que la sangre de aquellos que hoy son mártires del Estado Islámico será semilla de nuevos cristianos.

Ser comunidades que salen en dirección a los pobres, los preferidos de Jesús, asumiendo la lucha por sus derechos, a ejemplo de Helder Cámara, que cuando daba limosna era llamado santo y cuando denunciaba las causas de la pobreza, comunista. Tenemos que ser testigos de que Jesús es el Señor y se hace presente en aquellos que la sociedad excluye. En las CEBs, a partir del testimonio de fe y de coherencia de vida, mucha gente sencilla se ha convertido en verdaderos testigos.

Ser una Iglesia en salida misionera, los medios de comunicación, la juventud, defender la vida, los conflictos sociales, han sido puntos de partida para poder encontrar juntos pistas que ayuden a las comunidades de base a responder a las diferentes problemáticas sociales y eclesiales presentes en el mundo actual. En ese sentido, Nancy Cardoso Pereira, pastora de la Iglesia metodista, desde la imagen de Jesús como luz del mundo, invitaba a reflexionar partiendo de la idea de que nadie enciende una luz para mirar para ella, pues eso nos ciega, y sí para ver lo que nos rodea. Jesús es Aquel que nos ayuda a ver la realidad, con mirada de discípulos, para descubrir el dolor y las carencias de los pobres, las manipulaciones de los medios de comunicación o del gobierno.

La "caminhada" de los mártires, otro de los momentos destacados en todo encuentro de CEBs, ha servido para recordar a tantos que en América Latina han derramado su sangre o han sido difamados y perseguidos cruelmente por defender lo que hoy en día el propio Papa Francisco ha convertido en bandera de su pontificado, una Iglesia pobre y para los pobres.

Roberto Malvezzi, uno de los asesores, resalta la importancia del encuentro dentro del contexto de transición en que vivimos en la sociedad, en el planeta y en la propia Iglesia. La llegada del Papa Francisco, que reafirmó la propuesta del Documento de Aparecida, ha supuesto una retomada, no siempre fácil, del apoyo a las CEBs, olvidadas durante mucho tiempo. En muchos de los presentes se mantiene la fidelidad de las primeras comunidades cristianas, basada en el partir del pan, en la oración, en la Palabra, en la atención a los señales de los tiempos (cuestión ambiental y ecológica, muy presente en las CEBs). En este sentido destaca cómo en este encuentro los presentes han destacado los avances que se han producido en la defensa de la vida y que se traduce en el cuidado con el agua (captación de agua de lluvia en cisternas), el descenso de la mortalidad infantil, la mejora de las casas, el acceso general a la energía eléctrica... Pero sin olvidar los desafíos, entre los que destaca el saneamiento básico, que tantas enfermedades provoca en tanto lugares del planeta, y la lucha contra la deforestación, que haga posible revitalizar los ríos.

Luciano Bernardi, que también contribuyó a partir de sus muchos años de vida de fe en las CEBs y de compromiso en las pastorales y movimientos sociales, hizo ver que el motivo del encuentro está en descubrir el por qué de la situación que los pobres están viviendo hoy, a partir de los grupos que más sufren: indígenas, quilombolas (descendientes de los esclavos africanos), jóvenes asesinados, campesinos…, personas olvidadas por el actual sistema, que los considera prescindibles, pues no responden a aquello que el sistema dominante quiere. En los participantes se percibe una fuerte voluntad de defender a esos grupos, a partir de la postura de Jesús, que deja bien claro que no se pueden servir a dos señores.

Que las CEBs, todos los hombres y mujeres que en ellas viven su fe, puedan continuar siendo verdadero testimonio de Aquel que dio la vida por todos, y a través de su entrega por Amor nos marcó el camino a seguir para hacerle presente en todos los rincones, hasta los confines del mundo.
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