La Iglesia tiene que asumir la Laudato Sí como carta esencial Crear posibilidades de un futuro para las próximas generaciones, un camino común para los pueblos originarios y la Iglesia

Los indígenas esperan que la Iglesia vaya más allá, que se comprometa en serio, para acompañar y escuchar el llamado de los pueblos

Construir alianzas fuertes entre los pueblos originarios y la Iglesia para restaurar la Madre Tierra y por ende la vida de la gran familia humana

Es tiempo de crear caminos hacia adelante, horizontes, busca de iniciativas de articulación interinstitucional, de redes territoriales

Éste es un momento transcendental, un hito en nuestra propia caminata para que Laudato Sí tenga vida y sea fuente de vida y vida en abundancia para los años por venir

Georgetown general
Cuidar de la Casa Común se ha convertido en los últimos tiempos en una exigencia, asumida por la Iglesia católica como algo inaplazable. Este cuidado es algo que debe ser aprendido, y nadie mejor para enseñar en ese sentido que los pueblos originarios, quienes desde una dimensión comunitaria de la vida, han sabido secularmente hacer realidad aquello que la sociedad actual denomina desarrollo sostenible o que el Papa Francisco define como ecología integral.

El evento internacional que la Red Eclesial Pan Amazónica - REPAM, junto con diferentes instituciones sociales y eclesiales ha organizado en la Universidad de Georgetown de 19 a 21 de marzo, “Ecología Integral: una respuesta Sinodal desde la Amazonía y otros biomas/territorios esenciales para el cuidado de nuestra casa común”,ha servido para reflexionar sobre esta necesidad a partir de diferentes perspectivas, combinando la dimensión teológica con las cosmovisiones de los pueblos originarios y los esfuerzos que diferentes organismos internacionales están haciendo en ese sentido.

Mauricio

El Papa Francisco ha insistido en la necesidad de escuchar a los pueblos originarios, pero los propios indígenas, a través de Patricia Gualinga, líder indígena ecuatoriana, en un ambiente de profunda esperanza, con una voz profética firme, han pedido en estos días en Georgetown, “que la Iglesia vaya más allá, que se comprometa en serio, para acompañar y escuchar el llamado de los pueblos”. Ese llamado, como reconoce Mauricio López, Secretario Ejecutivo de la REPAM, “tiene propuestas, tiene también camino alternativo, donde la Iglesia debe poner todo su potencial profético para que juntos podamos crear posibilidades de un futuro para las próximas generaciones”, pues como él mismo afirma, “la presencia de Patricia Gualinga, que pidió un rostro hermano, amigo, de la Iglesia, que asuma la Laudato Sí como carta esencial, nos ha dejado profundamente conmovidos”.

Esta es una dimensión muy presente en las pautas de las organizaciones indígenas. Una de las más fuertes, la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica – COICA, a través de su coordinador, Gregorio Diaz Mirabal, afirmaba que “siento miedo, rabia, dolor, pero en mi corazón persiste la esperanza de que vamos a resistir y debemos revelarnos al poder que nos está matando”.

Indígena Surinam

Por eso, los propios indígenas insisten a la Iglesia católica en la necesidad de “construir alianzas fuertes para restaurar la Madre Tierra y por ende la vida de la gran familia humana”, como firmaba Cándido Mezua, líder indígena del Corredor Biológico Mesoamericano. Es necesario un cambio de mentalidad, que supere la visión mercantilista, pues como reconocía Sirito Aloema, indígena de Suriman, “no podemos vender nuestra cabeza, no podemos comercializar nuestros pulmones”, que es lo que está pasando con la Amazonía, poniendo en peligro la vida del Planeta como un todo.

El encuentro en Georgetown también ha servido para reflexionar sobre una ecología política, de compromiso ciudadano, de incidencia en los ámbitos de toma de decisiones, en ámbitos públicos y gubernamentales. Junto con eso, también ha estado presente la reflexión sobre la espiritualidad ecológica, a partir del diálogo, una dimensión en la que, según Mauricio López, “la experiencia del hacia, en su gran diversidad cultural y religiosa, nos invita a respetar al otro y a la otra, a acoger sus posibilidades de aportes”. Al mismo tiempo, han aparecido reflejada la contribución del eco feminismo como una tradición que enriquece.

Existe una ecología ambiental y económica, “que pide cambios reales en el modo en que se dan las impresiones, para que la Iglesia se tome en serio el cuidar y buscar expresiones éticas que no estén relacionadas con fondos que tengan que ver con extractivismo u otras acciones que ponen en riesgo el futuro de las poblaciones, violan derechos humanos, o no tienen un elemento de ética”, insiste el Secretario Ejecutivo de la REPAM.

Líder Indígena

No podemos olvidar que el sistema extractivista hace daño al Planeta, deja cicatrices que se convierten en marcas permanentes, en un grito planetario, en una advertencia sobre las consecuencias de una forma de relacionarse con la Madre Tierra que conduce a la humanidad al abismo, lo que se concreta una crisis que nos está apretando a todos. Esta situación reclama una nueva forma de ser Iglesia, que busca nuevos caminos, una preocupación que se ha hecho presente en las reuniones de trabajo por regiones, territorios, biomas, en las que en seis espacios distintos, a ritmo diferenciado, pero con un ambiente profundamente propicio, se ha respondido a dos preguntas fundamentalmente, ¿cómo concretizar la encíclica Laudato Sí en nuestra realidad territorial concreta y qué pasos concretos tenemos que dar en los tiempos por venir como territorio?

En ese sentido, la REPAM presentó su experiencia, que como reconoce Mauricio López no es “un modelo a seguir, sino un camino de vida que puede permitir a otros y otras encontrar su propio itinerario”. Esta presentación, según el Secretario Ejecutivo de la REPAM hizo “que se vieran luces muy importantes para que las otras realidades territoriales puedan también encaminar sus propios procesos”. Podemos decir que esta discusión en grupos representa lo más importante de toda la asamblea, pues ayuda, según López a encontrar “acciones concretas que permiten ver qué pasos se ha vislumbrado a partir de toda esta reflexión”.

Hummes

Se trata de ir abriendo “caminos hacia adelante, horizontes, busca de iniciativas de articulación interinstitucional, de redes territoriales”, enfatiza el Secretario Ejecutivo de la REPAM, que lleva a cabo acciones en común con organismos regionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, junto con la que se ha elaborado un informe que ha sido presentado por la comisionada Antonia Urrejola, relatora para derechos de pueblos indígenas.

Por eso, este encuentro en Georgetown, podemos decir que ha sido un momento que puede ayudar a explorar intuiciones que ayuden a entender cómo podrían funcionar de una mejor manera las redes territoriales como un nuevo sujeto eclesial, algo sobre lo que ha reflexionado el jesuita Roberto Jaramillo, Presidente de la Conferencia de Provinciales de América Latina.

Al mismo tiempo, Cardenal Marx, uno de los más próximos al Papa Francisco, ha abordado los grandes desafíos para que la encíclica Laudato Sí influya, inspire y delinee por donde tiene que ir la Iglesia en los próximos años en esta opción clara y firme por la hermana Madre Tierra y por la conversión socio ambiental. No podemos olvidar que la reflexión ecológica necesita de una dimensión práctica, sin la cual todo se queda en el aire, un aspecto en el que ha insistido el Cardenal Tagle, destacando que “la espiritualidad de la vida cotidiana es lo más importante”, que no se limita a un discurso, sino a actitudes que se hacen presentes en la cotidianeidad y que afectan a nuestro estilo de vida.

Tagle

Podemos decir, viendo las muchas aportaciones realizadas por los ponentes que han intervenido en estos tres días, que el encuentro ha generado, según Mauricio López, “una sensación de esperanza muy grande, una vivencia de comunión muy, muy impresionante”. Sirva como confirmación de esto, el hecho de que los propios miembros de las comunidades de los pueblos, de organismos internacionales y de la Iglesia, coinciden, en opinión del Secretario Ejecutivo de la REPAM, en “que éste es un momento transcendental, un hito en nuestra propia caminata para que Laudato Sí tenga vida y sea fuente de vida y vida en abundancia para los años por venir”.

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