El obispo llama a "diseminar el verdadero amor, que nos mueve y va al encuentro de las personas" Mons. Mario Antonio da Silva: “Acogida a los migrantes es una acción profética para nuestro estado"

Sólo en la parroquia de Pacaraima, en la frontera entre Brasil y Venezuela, acuden cada día 1.500 venezolanos esperando recibir el desayuno, para muchos su único alimento a lo largo de la jornada

Ese trabajo es una "una acción con incidencia política y social", que hace de todos los que participan y de la propia diócesis, sal, luz y levadura, revelando "verdaderas páginas vivas del Evangelio"

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Una corriente de xenofobia parece haberse instalado en la sociedad mundial. Los discursos de algunos políticos cada vez tienen más repercusión en una sociedad que va endureciendo su corazón. Frente a esa actitud el Papa Francisco nos dice, "que el miedo no nos impida acoger".

Este convite ha encontrado una respuesta clara en la diócesis de Roraima, que se ha convertido en madre para los miles de refugiados que han llegado desde la vecina Venezuela. Sólo en la parroquia de Pacaraima, en la frontera entre Brasil y Venezuela, acuden cada día 1.500 venezolanos esperando recibir el desayuno, para muchos su único alimento a lo largo de la jornada.

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Podemos decir que el contexto migratorio hace de la sociedad una realidad diferente, como reconoce Mons. Mario Antonio da Silva. Ante ese fenómeno el obispo de Roraima hace una llamada a "diseminar el verdadero amor, que nos mueve y va al encuentro de las personas". La Iglesia católica en Roraima se ha convertido en "una acción profética para nuestro estado", afirma Mons. Mario Antonio. Esta actitud encuentra rechazo en buena parte de la clase política local, así como dentro de la propia Iglesia católica, donde hay gente que no comprende esa actitud de la diócesis y muestra resistencia.

El trabajo desarrollado por pastorales, organismos, congregaciones religiosas que trabajan en la diócesis de Roraima les muestra como "líderes de una acción eclesial", afirma su obispo, reconociendo en ese trabajo "una acción con incidencia política y social", que hace de todos los que participan y de la propia diócesis, sal, luz y levadura, revelando "verdaderas páginas vivas del Evangelio", insiste Mons. Mario Antonio. Siguiendo el mensaje del Papa Francisco, dice que debe garantizarse el derecho de migrar con libertad, una realidad cada vez más difícil en una sociedad donde el propio sistema atrapa a los migrantes, impidiéndose liberarse de las cadenas que los atan.

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Algunas de las personas que trabajan en la acogida a los migrantes y refugiados en la diócesis de Roraima, reconocen que los migrantes los ayudaron a abrirse como Iglesia, a salir de los templos, de las propias estructuras. Esto se traduce en una atención que se diversifica de múltiples formas y que tiene como objetivo final la interiorización de los migrantes venezolanos en Brasil, a través del proyecto de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil - CNBB, "Caminos de Solidaridad", que ha ayudado a miles de personas en los últimos meses.

Hablar de migrantes tiene que llevarnos a descubrir la historia de personas, de rostros concretos, de vidas, muchas veces heridas, explotadas por gente sin escrúpulo que se aprovecha de la necesidad ajena. Cada persona que logra establecerse, representa una victoria de todos los involucrados, de tantos voluntarios y voluntarias que tendieron su mano al hermano migrante.

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Como reconoce Mons. Mario Antonio da Silva, el trabajo con los migrantes presenta desafíos para la iglesia de Roraima. Uno de ellos es la articulación entre los diferentes actores de ese trabajo, algo que es difícil, pues "cada día surge una nueva emergencia, es difícil establecer un proceso".

En el trabajo de concientización eclesial y social, la Semana del Migrante tiene un papel destacado. En 2019, en su 34ª edición, que se celebrará del 16 al 23 de junio, tiene como tema, en relación con la Campaña de la Fraternidad, "Migración y Políticas Públicas". Recordando las palabras del Papa Francisco, llama a "Acoger, proteger, promover, integrar y celebrar. ¡La lucha es todos los días!". La Semana tiene como propósito reflexionar desde el rostro, la raíz, las rutas y las respuestas. Los migrantes son personas concretas, que pasan por esa situación a partir de causas comunes, que entran en un esquema que sigue sus rutas.

Todo esto necesita respuestas de la sociedad y de la propia Iglesia. Por eso, podemos decir que la diócesis de Roraima se ha convertido en una referencia en el trabajo con los migrantes en Brasil, mostrando que por encima del miedo, las incomprensiones y resistencias, la misericordia tiene que ser la actitud a seguir, haciendo así realidad el Evangelio de la vida, siempre atento al excluido, a aquel que la sociedad descarta.

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