Este 7 de enero ha llegado a Brasilia el nuevo Nuncio de la Santa Sede en Brasil, el italiano Giambattista Diquattro. Nombrado el pasado 29 de agosto por el papa Francisco, el Covid-19, que en el mismo día en llegaba ha superado los 200 mil muertos oficiales en el país, ha retrasado su incorporación a la sede diplomática.

Después de presentarse por la mañana al equipo que trabaja en la nunciatura, por la tarde, como mandan los protocolos diplomáticos entre los diferentes estados, ha sido la vez de presentar sus credenciales al presidente de la República, Jair Messias Bolsonaro, con lo que se da por iniciado su trabajo diplomático en un país donde las relaciones entre la Iglesia católica y el gobierno no se puede decir que sean tranquilas y amigables.

El presidente brasileño ha mantenido posturas totalmente contrarias a las del Papa Francisco en lo que hace referencia a la defensa de la Amazonía, de los pueblos indígenas, del cuidado de la Casa Común, así como en lo referente al combate de la pandemia del Covid-19 y la defensa de una vacuna universal y gratuita, hasta el punto de que Bolsonaro puede ser considerado como el jefe de estado más contrario a la aplicación de la vacuna, poniendo todas las trabas a los esfuerzos que diferentes entidades están llevando a cabo en Brasil para que la población sea vacunada cuanto antes. Él mismo ya ha afirmado que no se va a vacunar.

Al mismo tiempo ha encontrado la oposición de buena parte del episcopado, que se posicionó con una Carta al Pueblo de Dios en la que criticaba las políticas gubernamentales, dirigidas a satisfacer los intereses de los grupos económicos y políticos, olvidándose de defender a la mayoría de la población, que sufre las consecuencias de un sistema de salud y educativo que ha entrado en falencia, algo que se sabía, pero que ha quedado todavía más claro con la pandemia.

El nuevo nuncio, de 66 años, que entró a formar parte del cuerpo diplomático vaticano en 1985, ha trabajado en legaciones diplomáticas de África, Naciones Unidas e Italia, siendo Panamá, en 2005, donde asumió su primer servicio como nuncio. Posteriormente fue nombrado nuncio en Bolivia, en 2008, y en la India y Nepal, donde ha trabajado desde 2017 hasta su nombramiento como nuevo nuncio en Brasil.