“El Vuelo de la Primavera”, una historia de luchas en defensa de los que no cuentan

Monseñor Tomás Balduino, obispo de la diócesis de Goiás durante 31 años, ha pasado a la historia de la Iglesia de Brasil como uno de los grandes luchadores por los derechos de los más pobres, especialmente los indígenas y los Sin Tierra. El que fuera uno de los creadores del Consejo Indigenista Misionero, en 1972, y la Comisión Pastoral de la Tierra, en 1975, fue uno de los obispos que durante la dictadura militar (1964-1985) defendió con más fuerza a los perseguidos por los generales.

Acaba de ser presentado en los últimos días un documental, dirigido por Dagmar Talga, que lleva por título “El Vuelo de la Primavera”, que recoge las luchas y causas que estuvieron presentes en la vida del obispo dominico, fallecido en 2014 e íntimamente unido a Pedro Casaldáliga, con quien compartió muchos momentos a lo largo de su vida. El documental recoge según Jeane Bellini, integrante de la Coordinación Nacional de la Comisión Pastoral de la Tierra, “la actuación de la Iglesia popular en Brasil”, inspirada en el Vaticano II y el Documento de Medellín, del que se cumplen 50 años en este 2018.

No podemos olvidar que en 1967, año en que Monseñor Balduino asumió la diócesis de Goiás, los planes del gobierno eran acabar con cualquier vestigio indígena en el país, adueñándose de sus tierras y riquezas, actitud no muy diferente a la que se vive en la actualidad. Lo mismo se puede decir de los pequeños agricultores, sometidos a un modelo de progreso nacional que sólo benefició a unos pocos. En esa coyuntura, “Don Tomás tuvo la osadía de contribuir para organizar la esperanza y plantar primaveras”, reconoce Cléber Buzzato, del Consejo Indigenista Misionero.

En Brasil, la lucha por la tierra y por los territorios representan desde hace años un violento capítulo, que se ha cobrado miles de víctimas. El capitalismo, en su tentativa de adueñarse del campo, no dudó en masacrar a los pueblos indígenas, tradicionales y las comunidades campesinas. Frente a esta realidad, los movimientos y pastorales sociales siempre se constituyeron en símbolo de lucha y resistencia, siendo Monseñor Tomás Balduino uno de los grandes exponentes de ese proceso, quien tenía como una de sus frases más célebres aquella que dice que “Derechos no se piden de rodillas, sino que se exigen de pie”.
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