“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14,6). Esta frase, desde su afirmación, siempre me ha impactado, abriendo un horizonte en la propia existencia, de presencia, cercanía y búsqueda en el día a día de Jesús.

En esta cita bíblica de San Juan, se nos da una ruta concreta a seguir, nos dice: ¡Aquí estoy, “Yo soy…”! Sí, aquí tenéis al guía que nos dice quién es: Él es el Camino, la Verdad y la Vida, entonces, adéntrate en el Misterio y síguele.

En la afirmación de “Yo soy”, hay certeza, rotundidad, seguridad, convicción. Ahora, Jesús me pregunta: Si sabes que “Yo soy”, ¿A quién buscas fuera de mí? ¿No te basta mi Palabra? ¡Escucha! “Óyeme, Te basta mi gracia, déjate hacer por mi gracia, que en tu debilidad se encuentra mi fuerza…” Y me digo: Solo tengo que escuchar en mi mente, grabar en la intimidad de mi corazón, con deseo, esta frase pero se tiene que hacer aterrizando en la vida para hacerla vida, porque sin duda, desde Jesús nace la luz.

Ahí está el Señor, clamando en su Palabra un mensaje de vida y esperanza. La clave nos la da, ¡Déjate habitar en mí! y algo nuevo irá naciendo cada día.

Dejemos abierta la puerta de nuestro corazón, dejémosle entrar y germinará algo nuevo. Alguien se nos da y nos presenta un camino a descubrir y recorrer; haciéndonos una invitación irrenunciable a vivirlo desde el Misterio del Amor ¡Déjate conducir por la brújula de Dios, caminando con Jesús! Texto: Hna. Ana Isabel Pérez.