Dar para ser
En medio del ajetreo diario, es agradable encontrar ratos de este tipo, de compartir sincero y verdadero, por supuesto, todo depende de cómo lo quiera vivir cada uno, de las ganas y el interés que se le ponga, supongo que como todo en la vida.
Dicen que "no te acostarás sin saber una cosa más (algo nuevo)", y es que tan sólo el vivir te va enseñando que hay muchas cosas aún que ver, sentir, experimentar... Quizás no suene a nuevo, pero a mí me ha ayudado y ¿por qué no contarlo?. Hoy no he descubierto nada, tan sólo he vuelto a oír algo que me ha hecho bien y que deseo con todo el alma poder vivir.
En clase, hablábamos de varias cosas y una de ellas ha sido que nuestro crecimiento será más fructífero, será más grande siempre que seamos capaces de dar, de darnos. El ser humano crece en la medida que se da, es decir, cada vez que somos capaces de salir de nosotros mismos, sin esperar nada a cambio...
Es cierto que todo ayuda, y hoy, esta clase de filosofía me ha llevado al encuentro con la Palabra de Dios, aquella que habla de la gratuidad, del darnos para encontrar un gran tesoro, el más grande que podíamos imaginar. "Gratis lo recibisteis; dadlo gratis" Mt. 10, 8, es así que se descubre el verdadero amor, el incondicional, es así que... al dar, no quedo vacío sino que voy creciendo aún más. Ojalá no nos conformemos con cualquier cosa, así que ¡adelante!, la lucha es nuestra, hagamos que nuestro tiempo sea también de todo aquel que cuenta con nosotros. Texto: Hna. Conchi García.