David y Goliat

Tiziano
El capítulo 17 del primer libro de Samuel nos narra el desafío lanzado por el gigante Goliat contra el ejército de Israel. David como sabemos venció a Goliat sin más armas que una piedra y la confianza puesta en Dios, salvador de su pueblo, el pueblo de Israel.

Al prepararse los dos guerreros para el duelo, los hombres de Saúl intentaban convencer a David para que usara la misma armadura del Rey y así equipado con las mejores armas se presentara a la lucha, parecía como si la victoria pudiera obtenerse por utilizar armas mejores. David probó la armadura, pero no logró avanzar con ni un paso con ella porque era excesivamente pesada, y prefirió presentarse ante el desafiante guerrero equipado solamente con algunas piedras de río. Y esas piedras serán el arma que le dará la victoria.

Nuestra vida conoce también los desafíos que a veces nos llegan por quienes no comparten nuestra fe o nuestra forma de vida. Si es necesario hacerles frente, podemos caer en intentar realizarlo con armas obra de hombres, o bien podemos poner nuestra confianza en la acción de Dios, seguros que Él nos dará cuanto sea necesario para alcanzar la victoria.

No podemos poner nuestra confianza en las “armaduras” hechas por manos de hombres, sino que debemos aprender a confiar en la obra de Dios, así como le ocurrió a David podremos alcanzar la victoria porque Dios mismo pondrá en nuestras manos el arma quizás pequeña como una piedra de rio, pero adecuada como lo fue para hacer frente al gigante Goliat.

Sólo Dios es la fuente de nuestra esperanza y nuestra fortaleza, sólo Él es quien nos ayuda y nos protege. Texto: Hna. Carmen Solé.
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