Emmaus

Emaus
Dos discípulos caminan y discuten sobre los últimos acontecimientos ocurridos en Jerusalén: Jesús entregado a los jefes y los sacerdotes, su condena a una muerte ignominiosa, el descubrimiento de la tumba vacía y el gran abismo de la decepción, todo parece perdido. Y he aquí que un extraño se acerca, es Jesús pero ellos no lo reconocen, sus ojos apesumbrados no lo reconocen, la oscuridad, más que de la noche la que habita en su corazón, les impide ver al Maestro. Por esto Jesús recorre a las Escrituras y al oírle sus corazones laten, se entusiasman. Ya están cerca de de Emmaus, de su casa la noche está cayendo; le invitan a entrar a quedarse con ellos, se ponen en la mesa… y al partir el pan lo reconocen.

¿Sabemos nosotros reconocer al que camina a nuestro lado? Las Escrituras nos hablan del hombre de dolores maltratado, burlado por los suyos. Dios se identifica con los oprimidos: “He oído el clamor de mi pueblo”. Si comparto mi pan con el hambriento, descubriré la imagen de mi Señor; las Escrituras me ayudarán a verlo, en los maltratados de nuestra historia se hará presente el Resucitado. Es el misterio de comunión con el prójimo.Texto: Hna. Maria Nuria Gaza.
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