Sí, hoy cambió nuestra vida, cada día es nuevo, cada día cambia y cambiamos porque cada día vivimos situaciones nuevas y de ellas aprendemos, mejoramos. Como cada año en estas fechas, la
Resurrección del Señor nos colma de alegría y es motivo de acción de gracias porque este acto sólo sucede por amor.
El Evangelio de Juan dice que Jesús "sabiendo que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre... amó hasta el extremo". Estas palabras me conmueven y me llevan a pensar mucho más lejos de lo que yo misma imagino.
Un amor que no mira nada más que al otro, una entrega que supera límites y rompe barreras, sí, rompe mis esquemas, "ideales" y los planes que yo misma pretendo hacer.
¡El Señor ha resucitado! y lo ha hecho por mí, por nosotros, por puro amor... Hoy cambia nuestra vida, de la oscuridad pasamos a la más plena luz. Este "hoy" es el día a día, es el presente mismo de mi vida, este hoy es cada vez que abro los ojos al llegar un nuevo día. No nos cansemos de proclamarlo porque es el regalo más hermoso que poseemos. El Señor resucita cada día y siempre, hagámosle entrar para que deje en nosotros un aire nuevo, para que su Resurrección no nos pase de largo y para que nos demos cuenta que
el amor es donación y que el Señor ha resucitado por cada uno.
Texto: Conchi García.