José, el custodio

San-José
José es el custodio de María que recibe como esposa aceptando el misterio de su maternidad; es el custodio de Jesús, vela sobre él como padre amoroso atento a sus necesidades. En su viaje a Belén se desvive para buscar un lugar propicio para que María pueda dar a luz. Preocupado para salvaguardar en momentos difíciles la vida de su hijo: En la huida a Egipto, en el regreso a su tierra, en su búsqueda angustiosa cuando lo pierden en Jerusalén.

José es el custodio silencioso y humilde. Los Evangelios no nos narran ni una sola palabra de él.

Es el custodio obediente que cumple siempre los mandatos del Señor. San José es modelo para cada uno de nosotros. Todos somos responsables de alguien. Los padres de los hijos y los hijos de sus padres cuando éstos son mayores. Somos custodios de la creación, como dijo en su homilía el Papa Francisco en el del inicio de su ministerio petrino. Es preocuparse por nuestro entorno, custodiar a los más frágiles y vulnerables: niños, ancianos, enfermos, emigrantes, pobres.

José es patrono de la Iglesia Universal por consiguiente él vela sobre ella, pidámosle para que sea siempre fiel al querer de Dios. Que interceda para que aleje de nosotros las discordias, el odio, la vanagloria para que seamos en todo momento cercanos a los demás y venga en nuestra ayuda en el momento de nuestra muerte. Texto: Hna. Maria Nuria Gaza.
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