Santa María, Madre de Dios
Santa María, Madre de Dios. Así la invocó el pueblo fiel desde los inicios de la cristiandad, y así le invoca hoy todavía el pueblo fiel.
No hay pueblo que no tenga iglesia o ermita dedicada a María Santísima. Y sus habitantes puede que no sean practicantes y no cumplan con el precepto de “oír Misa los domingos y fiestas de guardar”, pero que no les toquen a la Virgen y el día de su fiesta todos están en la Misa Mayor.
El cardenal Ricard Maria Carles, en paz descanse, al comentar el día de la Asunción decía: “Al contemplar la Madre de Dios en su gloriosa Asunción, coronada de gloria, no podemos olvidar que como en todas las fiestas marianas, ella nos viene a visitar y nos dice: `Haced lo que él os diga´. Como madre de Cristo y madre de la Iglesia, María nos pide que acojamos la presencia del Salvador en medio de nosotros y con gozo, unidos a ella, elevemos un cántico de alabanza a Dios que nos salva a pesar de nuestra pequeñez”.
“Dios te salve Reina y Madre de Misericordia”, enséñanos a ser misericordiosos y compasivos. “Y después de este destierro muéstranos a Jesús”. Que podamos gozar de su compañía y de la tuya. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
