El Señor llega

Adviento
El salmo 95 es una aclamación al Señor rey de toda la creación. Es también una invitación a bendecir el nombre de Dios a proclamar su victoria: “Cantad al Señor, bendecid su nombre, proclamad día tras día su victoria” (v 2).

Invita también a contar a todos los pueblos su gloria, es misión del pueblo de Israel dar a conocer el Dios verdadero a los gentiles que tienen dioses que en realidad no lo son: “Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza, más temible que todos los dioses. Pues los dioses de los gentiles son apariencia, mientras que el Señor ha hecho el cielo” (v 4-5).

Están invitadas las familias de los pueblos a aclamar al Señor y a darle gloria porque el Dios de Israel es poderoso (Cfr. v 7). Pero hay que aclamar al Señor, y la tierra tiene que alegrarse, el mar tiene que retumbar, los campos y cuanto hay en ellos y también los árboles del bosque deben alegrarse porque ya llega el Señor (Cfr. v 11-13). Y Éll “regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad” (v 14).

Salmo apropiado para meditar y rezar con él en este tiempo de Adviento, tiempo de espera confiada a pesar de que en estos últimos días del año litúrgico Jesús nos advertía que antes del fin del mundo tienen que pasar muchas calamidades, pero al mismo nos decía que ni un cabello de nuestra cabeza caerá sin su consentimiento. Él rige el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad. No podemos tomarnos la salvación a la ligera pero tampoco podemos desconfiar de la bondad misericordiosa de Dios nuestro Padre. Esperemos con atención y devoción su venida. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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