El Señor mantiene los ojos abiertos sobre la tierra

Cielo
El salmo 10 es un canto al Dios que no deja impune al malvado.

“El Señor tiene su trono en el cielo:
Sus ojos están observando
Sus pupilas examinan a los hombres”.


Nuestro Dios no es un Dios lejano sentado en su trono real, despreocupado de lo que ocurre a los hijos de los hombres, tiene su mirada atenta sobre los desprotegidos que no tienen defensor. Si los pilares de la justicia y el derecho se tambalean, ¿qué puede hacer el pobre que no tiene a quien recurrir?

En nuestra sociedad muchas veces el injusto triunfa sobre el justo, ante este mal que nos acosa, no podemos tener la actitud del avestruz sino desde nuestras posibilidades denunciar el mal, buscar por todos los medios que se instaure la justicia. De este modo si todos los que deseamos un mundo donde reine la justicia y la paz nos unimos avanzaremos y seremos para el oprimido las manos de Dios que ama la justicia y desea el bien para todos. Y él como justo juez hará justicia en su día.

“Porque el Señor es justo y ama la justicia,
Y los buenos verán su rostro”.


Sí, los hombres rectos pueden esperar confiadamente ver el rostro de Dios, él será su recompensa por toda la eternidad. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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