Olivia es el nombre de una joven de Mozambique que carece de piernas y que gatea cuatro kilómetros todos los domingos para asistir a Misa. Un día, un grupo de misioneras vieron de lejos algo que se movía. Cuál fue su sorpresa cuando se encontraron con la chica que iba a acudir a misa. Observaron que la arena del camino le quemaba las palmas de la mano. Le han proporcionado una silla de ruedas. (Cfr. “revista Humanizar, nº 101)
Olivia con tu vida nos explicas “la parábola del tesoro escondido en un campo… al encontrarlo un hombre lleno de alegría va y vende todo lo que tiene… y lo compra”(Mt. 13,44-46). Gracias por tu testimonio de superación de las “barreras” de tu cuerpo que no han logrado apagar ni tu fe, ni tu amor realmente apasionado al Señor.
El Amor lo puede TODO. Lo renueva TODO. Lo fortalece TODO. Lo purifica TODO.¡EL AMOR ES INVENCIBLE!