Inicio el blog de hoy, un papel en blanco. Hay a veces tantos temas que me gustaría comentar, que ante el papel no sé por cual empezar, por donde ir o a qué tema voy a dar hoy prioridad, y entonces hasta puede parecer que no tengo nada para decir.
Pero,
¿hay alguien que no tenga nada para decir?
El Señor nos ha dado el don de la palabra, la capacidad de expresarnos, para poder hacer, con aquellos que están cerca, un
camino juntos. Siempre que entre todos seamos capaces de poner sobre la mesa nuestros deseos, nuestros miedos y nuestras esperanzas. Y es que todos tenemos siempre algo para decir, para comunicar, para exteriorizar, para compartir.
Solamente nos quedamos sin nada para decir cuando nos
encerramos en nosotros mismos, en nuestra comodidad, o en nuestra incomodidad, cuando queremos ser conscientes o no, el centro de todo, cuando no estamos dispuestos a confrontar nuestra vida con otras opiniones, o no queremos que otros se metan en aquello que consideramos nuestra personalidad, nuestra "intimidad".
Un papel blanco da para mucho, o para poco, según se mire y según se desee modificar o no la situación momentánea de papel en blanco. Y ya está el papel ha dejado de estar en blanco, el blog de hoy terminado.
Texto: Hna. Carmen Solé.