Los bloqueos del miedo

Miedo
Son muchas las decisiones que bloquean el miedo, las acciones o las no acciones que decide el miedo por nosotros. Por miedo somos capaces de dejar de hacer algo al igual que optamos por hacer otras cosas. En muchos momentos de nuestras vidas el principal protagonista es ese miedo que invade todo y no deja ver con claridad.

“El miedo es la raíz de todas las “guerras”, como decía T. More, y no tanto el miedo que los seres humanos se tienen unos a otros cuanto el miedo que tienen a todo”. Y lo peor es que ese miedo no es sólo a todo lo que rodee sino que a veces falta la confianza en uno mismo. Sin duda, perder la confianza en uno mismo es perder la fuerza y la energía para poder luchar, batallar por aquello que queremos y que en el fondo creemos. Y si no se confía en nada es porque se ha dejado a Dios de lado.

Aquello que nos deja ciegos provoca inseguridad, desconocimiento…, podríamos decir metafóricamente, que nos deja en la oscuridad. En el Evangelio, uno de los mandamientos más frecuentes es “No temáis”, podemos verlo, por ejemplo, antes de que el pueblo entre en la tierra prometida, Dios le dice al pueblo varias veces: esfuérzate y sé valiente. También Salomón escribe en Proverbios “El malvado huye aunque nadie lo persiga, pero los justos viven confiados como el león”, que es reforzar la fuerza que se puede llegar a tener cuando no se pierde la confianza. Timoteo en su segunda carta, afirma que “Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un espíritu de poder, amor y buen juicio”. O Isaías “No temas, porque yo estoy contigo”… podríamos seguir citando, para darnos cuenta de que no podemos seguir bajo los pies de ese miedo, que hemos de romper todo lo que nos ata para llegar a ser nosotros mismos. Si dejamos de lado al miedo en vez de a Dios, conseguiremos ensanchar el corazón, encontrarnos con lo que somos en realidad, alcanzar nuestras metas… sonreír a la vida y a las situaciones. Romper para poder construir… y sólo se puede hacer desde la libertad interior y desde el amor. ¡Sigamos construyendo!. Texto: Hna. Conchi García.
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