La compasión

Jesús puso un ejemplo de compasión a uno que quería saber quien era su prójimo y narra la parábola del samaritano que viendo un hombre abatido por los maleantes, se compadece, se acerca a él, cura sus heridas y lo lleva a la posada. El samaritano usó misericordia, compasión con el desvalido; se hizo prójimo del hombre maltratado. Para tener compasión hay que acercarse al necesitado, no lo podemos mirar de lejos porque no seríamos compasivos, podríamos tener un sentimiento de lástima pero no pasaríamos de ahí.
Ahora que terminó el tiempo de Navidad no debemos olvidar este gran gesto de amor de Dios para el hombre y saber acercarnos al que necesita de nuestra ayuda, practicar la compasión.
En la vida de los santos encontramos muchos ejemplos de su compasión porque estaban animados por el espíritu de Jesús, entre ellos quiero citar al Padre Damian, que se dedicó a los leprosos de la isla de Molokai y entregó su vida por ellos hasta que él también enfermó. Es un ejemplo vivo de compasión y cercanía al sufriente.
Si usamos de compasión con el prójimo, también el Señor se compadecerá de nosotros al fin de nuestros días. Texto: Hna. María Nuria Gaza.