Más de lo mismo, ¿hasta cuándo?

Eulalia Solé, en La Vanguardia, del viernes 25 de abril, comenta: “El expresidente Bush y sus aliados deberían preguntarse qué frutos ha dado la guerra de Iraq y luego llorar amargamente, si son capaces de hacerlo, arrepentidos de haberla llevado a cabo”.
Y el presidente Obama dirigiéndose a las tropas de su país comentaba en abril de 2012 que han dejado un país estable. Le preguntaría al señor Obama qué es para él un país estable. ¿Será vivir en la inestabilidad, en las explosiones continuas, en la falta de combustible en una tierra tan rica en petróleo y en tantas carencias que sólo conocen los que viven el día a día?
Mis hermanas Dominicas de la Presentación que hace casi 150 años que se establecieron en Mesopotamia, si saben lo que es como toda la población. Me comentaba una de ellas, iraquí como todas las que están en Bagdad, que: “Estos días son tremendos. Hay explosiones por todas partes, anteayer hubo un atentado en un pequeño restaurante muy cerca de nuestro hospital. Por gracia de Dios ninguno de nuestros empleados que van a tomar alguna cosa en él murió, sólo pequeñas heridas, pero murió el padre de uno de nuestros alumnos del colegio que está muy cerca del hospital. Estos días las escuelas están cerradas por temor a los atentados perpetrados ante las elecciones. Han roto uno de los conductos de petróleo y han derivado el crudo al río Tigris del tal modo que durante dos días no se podrá usar el agua. En el hospital las madres gestantes han acudido estos días para que les provocaran el parto por miedo a lo que va a ocurrir”.
La periodista Eulalia Solé comenta más adelante : “Resulta perturbador que a los responsables de la tragedia no se les haya exigido responsabilidades, ni desde la sociedad civil ni desde tribunal alguno”.
¿Será que piensan estos señores que el matar sólo es apretar el gatillo? ¿Hasta cuándo Señor? Hasta el fin de sus días que se encontrarán ante el Juez Justo que juzga rectamente.
Oremos para que la paz llegue a esta nación y que no ocurran más dramas. Texto: Hna. María Nuria Gaza.