De pie, levantad la cabeza
Hay sin embargo, otra venida que este tiempo prepara: Su venida en la historia. Venida de un Niño débil que necesita del cuidado de una madre, la protección de un padre que le ayude a desarrollarse; sin esta atención su vida probablemente quedaría truncada. ¡Qué maravilla Dios quiso hacerse una débil criatura! Dios desea ardientemente venir a nuestro corazón, nuestra espera lejos de ser pasiva es según su deseo llena de actividad, igual que unos padres esperan la llegada de un hijo; con que esmero preparan todo lo necesario para este gran acontecimiento, que no falte nada de lo necesario y en muchos casos hasta lo que no lo es. Su cariño fruto de su amor se traduce en un sinfín de detalles. Todo esto requiere esfuerzo, sacrificio, quizás horas de trabajo extra para poder comprar todo lo que requiere un recién nacido. La alegría de su venida mitiga la fatiga.
De manera similar esperar el nuevo advenimiento del Mesías, el Salvador, nos hará estar en pie, la cabeza levantada y el corazón lleno de esperanza. Texto: Hna. María Nuria Gaza.