Sin mí no podéis nada

Manos
Una buena lección de humildad es la que nos da Jesús en el capítulo 15 del evangelio de San Juan: “Sin mí no podéis hacer nada”. Así que no nos podemos hinchar de orgullo cuando nuestras empresas tienen éxito. El éxito se lo debemos a nuestro Padre del cielo. Claro que esto no quiere decir que no me tengo que preocupar de que las cosas que llevo entre manos salgan lo mejor posible, claro que sí, pero cundo haya hecho todo lo posible me tengo que repetir aquella frase que también recoge el evangelio: “Somos servidores inútiles” (Lu 17,10).

Es muy posible que cuando las cosas me salen bien me ponga los galones y me olvide de dar gracias a Dios por el éxito de mi empresa. “El Señor es bueno, su misericordia no tiene fin”, reza el salmo 135. Lo que tenemos que tener presente es que el Señor necesita de nuestras manos para realizar su obra.“El Señor, es mi fuerza y salvación” es un canto de confianza de Espinosa. Vale la pena de cantarlo en nuestras idas y venidas. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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