Un programa electoral

Al inicio de su vida pública Jesús fue a Nazaret donde se había criado. El sábado como todo buen judío fue a la sinagoga y le entregaron el libro de Isaías para que leyera:

"El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido para dar la buena noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor. Una vez terminada la lectura, entregó el libro al ayudante y se sentó".

Todos los presentes con los ojos fijos en Él, esperaban su comentario. Les dijo:“Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír”. Jesús era el que llevaba la salvación al pueblo de Israel, su verdadero libertador que no venía ni con ejército ni espadas. Venía con la fuerza de la bondad, de la justicia, de la paz. Los oyentes no admitieron su programa como tampoco admitieron los griegos la predicación de Pablo en el areópago de Atenas.

¿Admitiría hoy un grupo humano el programa de un político en el cual el primer puesto lo ocuparan los desheredados de nuestra sociedad? Hoy si volviera Jesús no tendría tampoco muchos seguidores, pero ¿qué sería del mundo sin la compasión y la misericordia? Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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