Un salmo ecuménico

Ecumenismo
El salmo 86 dicen los expertos que es un salmo difícil por ciertos puntos oscuros. Es un canto a la ciudad de Jerusalén que para los judíos era la más importante de las ciudades, todo y que en realidad era una ciudad desconocida y sin importancia para los grandes imperios de la época.

Hay unas expresiones, en este texto, que nos hacen pensar en el ecumenismo. Para los hebreos los pueblos extranjeros eran pueblos paganos, los miraban con desprecio, ellos eran el pueblo elegido por Dios, y tenían una idea excluyente de la salvación. Sin embargo en este salmo se habla de muchas naciones a las cuales se cuentan entre las fieles: “Contaré a Egipto y Babilonia entre mis fieles, filisteos, tirios y etíopes han nacido allí” (v 4).Es decir los incluye entre los creyentes en Yahvé. Son expresiones muy sorprendentes para su mentalidad cerrada a la salvación universal.

Con esta idea los extranjeros pasarán a formar parte del pueblo elegido: “Se dirá de Sión: Uno por uno todos han nacido en ella; el Altísimo en persona la ha fundado” (v 5). Es un salmo de una gran apertura hacia la salvación universal. A pesar de ser extranjeros pasarán a ser miembros del pueblo elegido, habitantes de la ciudad de Jerusalén, porque “el señor los escribirá en el registro de los pueblos: Este ha nacido allí” (Cfr. v 6).


Demos gracias a Dios que ha querido que todos los hombres entren a formar parte del pueblo elegido. ¿Tenemos nosotros el corazón abierto a la diversidad, a lo universal?Texto: Hna. Mª Nuria Gaza.
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