Todo valle será colmado

Juan
“Se oye la voz de alguien que grita en el desierto: ¡Preparad el camino del Señor; abridle un camino recto! Todo valle será rellenado, todo monte y colina será nivelado, los caminos torcidos serán enderezados y allanados los caminos escabrosos” (Is 40).Isaías interpelaba con estas palabras al pueblo de Israel. Muchos años después, Juan Bautista recoge estas mismas palabras para llamar a este mismo pueblo a la conversión. Actualmente el Bautista nos dirige estas palabras a cada uno de nosotros.

¿Estamos dispuestos a enderezar nuestros caminos torcidos, a allanar el paso para que entre en nuestra vida el compartir, la fraternidad?
, el Señor que viene o ¿preferiremos quedar encerrados para que no nos pille ningún contratiempo? ¿Preferimos la cerrazón a la intemperie? Bien encerrados en nuestro mundo moriremos no por contagio de algún virus sino por asfixia. Si abrimos el corazón al mundo nos llegará una bocanada de aire fresco que nos renovará.

Si dejamos paso al soplo del Espíritu Dios invade nuestra vida, nuestro corazón se ensancha y caben en él nuestros hermanos, los más pequeños y débiles, la fraternidad nos dispondrá a recibir con alegría al Dios que viene, que quiere compartir con nosotros su amor. Escuchemos la invitación de Juan Bautista y preguntémonos qué debemos hacer como aquellos que se acercaban a escuchar las palabras del Precursor y recibían un bautismo de conversión. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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