¿Cómo vamos por la vida?

Camino
Hay dos formas contrapuestas de ir por la vida; una la de aquellos que parece que todo se les debe, van de perdona vidas, de fanfarrones que parece que se han tragado un palo y no pueden inclinarse para saludar al que se le cruza por el camino. Son aquellos de los cuales Jesús comenta en el Evangelio todo lo hacen para que la gente los vea y les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes, que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros.

A otros, no les gusta aparentar, están atentos a los demás, dispuestos siempre a ayudar, saludan con afabilidad, son agradecidos a cualquier favor que se les haga por pequeño que sea, a su lado uno se encuentra a gusto. De ellos también Jesús dice que el humilde será ensalzado.

Felices nosotros si nos encontramos entre estos últimos. De este modo nos asemejaremos a Cristo que no vino para ser servido sino para servir, el gentío se acercaba a Jesús para tocarlo y quedar libre de sus dolencias y se inclinó hasta lavar los pies de sus discípulos para que nosotros hiciéramos otro tanto. En este tiempo cuaresmal, será bueno que nos detengamos en el evangelio de Mateo 23,1-12 y escrutemos nuestro interior si en nuestras actitudes no se han colado aspectos farisaicos que en principio detestamos pero que también podemos tener. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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