He visto un ángel
Lo que está claro es que en la vida nada te vendrá hecho, el camino lo hemos de recorrer cada uno personalmente y por supuesto, no estamos solos. A veces descargamos nuestras incomprensiones contra aquello que sabemos no protestará.
He visto un ángel, lo he visto en muchas ocasiones, en momentos concretos y en muchas personas. Siempre existen esos momentos en los que he buscado respuestas claras, en los que la oscuridad era tan fuerte que me impedía ver lo que mi ángel estaba haciendo por mí y en mí. Creo que mi error ha sido la espera de un "gran milagro".
Hoy, me he dado cuenta que el milagro lo estoy viviendo cada día, en las cosas más pequeñas y los acontecimientos que podemos llamar incluso rutinarios, en la propia vida de trabajo o familia, en mi ser en relación con los demás; éste es el milagro, darnos cuenta que estamos vivos y que sentimos y tenemos la experiencia de un Amor gratuito.
He visto un ángel en aquellas personas que me han ayudado a crecer, a compartir, en aquellas que me han hecho reír y también llorar, en las que me recuerdan lo que soy y en las que me ayudan a vivir cada día más fiel a mi vocación.
Nosotros podemos ser un ángel para el otro abriendo la mano y dejándola siempre abierta; con ella, dejamos una puerta que lleva a un mismo destino, para conquistar algo inmaterial pero posible de alcanzar.
Caminar junto a alguien, no sentirte completamente sólo, buscar y encontrar juntos, esto es un gran "don", saber que Dios no nos abandona, que pone a nuestro alcance personas que nos ayudan y comprenden, en una palabra, aquello que necesitamos.
Dejemos que nuestro ángel, ya sea del cielo o de la tierra, siga ayudándonos en la tarea diaria de cada día. Texto: Hna. Conchi García. Foto: Sor Gemma Morató - www.mivocacion.com