El coautor de la propuesta de 'intercomunión' responde a las críticas vaticanas Christoph Böttigheimer: "El argumento de Doctrina de la Fe es un homicidio ecuménico"
El teólogo lamenta no tener la carta de Roma para poder responder en su integridad, y exige al dicasterio vaticano que haga públicas sus conclusiones
“Queremos poder celebrar juntos, es la idea básica del Evangelio. Lo contrario es el escándalo. Y si Roma o la Conferencia Episcopal no quieren valorarlo, tendrán que argumentarlo teológicamente”
El 'No' de Doctrina de la Fe a la intercomunión en Alemania ha revuelto las aguas del ecumenismo en el país. Uno de los coautores del informe del Grupo de Trabajo Ecuménico, el teólogo Christoph Böttigheimer, ha respondido al dicasterio vaticano, a quien exige que publique íntegramente la carta, para así poder valorarla en su integridad. "Su argumento es un homicidio ecuménico", replica.
En una entrevista con Katolisch.de, el experto en Teología Fundamental admite que “sabíamos que el artículo podría ser criticado”, pero lamenta no poder responder a la carta de Roma “porque no la tengo”.
Böttigheimer, que asegura no defender la “intercomunión” sino un paso previo, la participación común en la celebración, exigee conocer las “razones de peso” que dice tener Doctrina de la Fe. “La crítica debe estar bien fundamentada, porque no es la unidad de las iglesias la que necesita explicación, sino su separación”.
Una invitación mutua
“La Eucaristía y la Cena del Señor son fundamentales para la celebración de la fe”, ya sea católica o protestante, por lo que es necesaria “una invitación mutua”. “Cualquiera que se oponga y piense que todavía no se ha avanzado para permitir pasos concretos en la práctica de la Eucaristía, debe explicar con precisión lo que sería necesario”, añade el teólogo.
Böttigheimer defiende que “nuestro documento quería hacer una propuesta específica, algo innovador en la historia de la Iglesia”. ¿Sería un revés para el ecumenismo si Roma vetara la propuesta? “Queremos poder celebrar juntos, es la idea básica del Evangelio. Lo contrario es el escándalo. Y si Roma o la Conferencia Episcopal no quieren valorarlo, tendrán que argumentarlo teológicamente”.
