"El secretario personal de Ratzinger me dijo que defendió a Gustavo Gutiérrez como prefecto y terminó el juicio en su contra" Josef Sayer: "Hubo latinoamericanos trabajando en la Curia romana para condenar la teología de la liberación"

Papa Ratzinger
Papa Ratzinger

"Entre los estudiantes, Ratzinger era un profesor muy solicitado. Sus conferencias nos parecían excelentes. Estaban muy bien preparadas. Y lo que era importante para nosotros en Tübingen: también tenía buenas conexiones con la facultad protestante, donde desde luego escuchábamos sobre todo clases de exégesis"

"Somos amigos de Gustavo Gutiérrez desde hace mucho tiempo. Era evidente que sus oponentes de América Latina estaban interviniendo intensamente contra él en Roma"

"Bajo Ronald Reagan se crearon los famosos documentos secretos Santa Fé, que llamaban a combatir la teología de la liberación, porque esta teología supuestamente perjudicaba los intereses estadounidenses en América Latina. La teología de la liberación era, por lo tanto, una espina en el costado de estos círculos. Absolutamente no encajaba en su concepto. Y estos círculos intervinieron en Roma"

"El Papa puso fin a la disputa ideológica que había durado años y los opositores a la teología de la liberación tuvieron que abandonar el campo. Algunos de ellos incluso abandonaron la conferencia antes de tiempo porque no querían aceptar el documento final"

El teólogo pastoral Josef Sayer, presidente anterior de Misereor, advierte contra los juicios precipitados sobre la relación de Joseph Ratzinger con la teología de la liberación. Los principales adversarios eran círculos del Opus Dei, ciertos grupos parecidos en América Latina y ciertos grupos políticos interesados en los Estados Unidos. En 2007 Benedicto XVI. dijo que la “opción por los pobres” se fundamentaba en la cristología. Esa afirmación golpeó como un rayo.

Joseph Ratzinger fue profesor en Tubinga durante tres años, donde Usted estudió. ¿Cómo lo vivió Usted como profesor?

Josef Sayer: Estudié con Ratzinger en Tubinga e hice mi examen con él en 1968. Entre nosotros estudiantes, Ratzinger era un profesor muy solicitado. Sus conferencias nos parecían excelentes. Estaban muy bien preparadas. Y lo que era importante para nosotros en Tübingen: también tenía buenas conexiones con la facultad protestante, donde desde luego escuchábamos sobre todo clases de exégesis.

Josef Sayer

Ciertos amigos de la teología de la liberación en Alemania ven muy críticamente a Joseph Ratzinger.

Sayer: ¡Tenemos que diferenciar! Antes de 1968 no existía la teología de la liberación. En ese momento el Concilio Vaticano II estaba en primer plano. Apreciamos a Ratzinger, que fue el consejero del sumamente influyente padre conciliar cardenal Frings, quien tomó posiciones claras durante el concilio, precisamente en relación con las obstinadas posiciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

¿No hay aquí una contradicción con las posiciones posteriores de Ratzinger como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y su papel en relación con la teología de la liberación?

Sayer: Probablemente Usted se está refiriendo a su primera instrucción sobre la teología de la liberación. Pero luego hubo una segunda. Y por conocimiento personal, he ganado una visión más diferenciada. Por un lado, a principios de la década de los 1980, la Comisión de Fe de la Conferencia Episcopal Alemana dirigida por Karl Lehmann se mostró también ambivalente sobre este tema. Por otro lado, es importante señalar que no existe una teología de la liberación. Varias corrientes se pueden encontrar bajo este título. Y hay un dicho: Lo que viene de Roma, fue traído primero a Roma.

Gustavo Gutiérrez
Gustavo Gutiérrez

¿Qué quiere decir con eso?

Sayer: Somos amigos de Gustavo Gutiérrez desde hace mucho tiempo. Era evidente que sus oponentes de América Latina estaban interviniendo intensamente contra él en Roma.

Usted ve a los principales opositores de la teología de la liberación en América Latina ¿y no en Roma?

Sayer: Eso es exactamente lo que quiero decir. Hay que saber que hubo latinoamericanos trabajando en la Curia romana que actuaron rigurosamente contra la teología de la liberación. Estos círculos opositores en Roma y en América Latina de la teología de la liberación se veían afectados por la critica precisa y clara contra un sistema de injusticia, promovido por los círculos económica y políticamente poderosos. También los círculos alrededor del entonces presidente estadounidense intervinieron y dijeron que la teología de la liberación no solo debe ser observada, sino también combatida. Bajo Ronald Reagan se crearon los famosos documentos secretos Santa Fé, que llamaban a combatir la teología de la liberación, porque esta teología supuestamente perjudicaba los intereses estadounidenses en América Latina. La teología de la liberación era, por lo tanto, una espina en el costado de estos círculos. Absolutamente no encajaba en su concepto. Y estos círculos intervinieron en Roma, porque no querían aceptar cambios sociopolíticos en sus posiciones y sistemas privilegiados.

Un presente adulto de la Teología de la Liberación (*)
Un presente adulto de la Teología de la Liberación (*)

¿Usted no está relatando solamente una narrativa estándar de la teología de la liberación aquí?

Sayer: En absoluto, puedo atestiguarlo por mi propia experiencia personal. Gustavo Gutiérrez y el entonces Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana, José Dammert Bellido, sabían que yo viajaba de vacaciones a Alemania en 1984. Me pidieron viajar pasando por Roma y entregar personalmente una carta a Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

¿De qué se trataba en esta carta?

Sayer: Ratzinger debería tener informaciones auténticas de lo que trataba la teología de la liberación. No sólo recibir correspondencia de informantes y denigradores.

¿Usted le entregó la carta a Ratzinger?

Sayer: ¡Sí! Encontré a Ratzinger muy abierto e interesado y de ninguna manera como un obstinado de línea dura. Y luego él viajó al Perú. ¿Cuántos profesores u obispos de Europa han hecho esto para ganar una opinión propia? Posteriormente, también intervino Oscar Rodríguez, Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano de la Celam y organizó un coloquio de varios días sobre la teología de la liberación con Ratzinger en Valendar, Alemania. Además de los representantes máximos de la Celam, participaron un puñado de representantes de la teología de la liberación y otras dos personas de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Gustavo Gutiérrez impartió la conferencia principal. Gustavo me confirmó cómo había reaccionado Ratzinger: comprensivo y abierto. No se habla de un oponente empedernido de la teología de la liberación, como a veces se le presenta. Duro, sin embargo, fue el arzobispo del Opus Dei de Lima y sus partidarios, que a menudo intervinieron en Roma contra Gutiérrez y la teología de la liberación y crearon problemas.

Ratzinger y Jurgen Habermas
Ratzinger y Jurgen Habermas

¿Con quién exactamente?

Sayer: En ese momento, en Latinoamérica había teólogos que abogaban por el uso de violencia para lograr cambios. Pero personalidades notables como Gustavo Gutiérrez no estuvieron de acuerdo con el uso de la violencia. En su obra principal, Teología de la Liberación, también utilizó las categorías del análisis marxista, comunes en ese momento, que sus oponentes luego explotaron hábilmente como argumento frente al Papa Juan Pablo II, que provenía del Bloque del Este, y tildaron a Gustavo como un marxista. Gutiérrez contestó que cualquiera que use la teoría de Sigmund Freud, no tiene que ser ateo, solo porque Freud era ateo.

Usted habla de opositores a la teología de la liberación y de Juan Pablo II. Pero ¿cómo reaccionó Ratzinger?

Sayer: El secretario personal de Ratzinger me dijo que defendió a Gustavo Gutiérrez como prefecto y terminó el juicio en su contra. Por experiencia personal también puedo decir: cuando Ratzinger visitó el Perú en 1986, estaba sumamente interesado en saber más sobre las condiciones sociales y eclesiásticas. De regreso de Machu Picchu, donde había sido invitado con otros obispos del Perú, pude contarle durante una hora cómo están las campesinas y los campesinos de mis comunidades andinas. Todo estaba todavía moldeado por las consecuencias del colonialismo y del sistema de injusticia. También le dije qué modelos de iglesia colonial siguen siendo virulentos.

Teología de la Liberación

¿Cómo reaccionó Ratzinger ante esto?

Sayer: Ratzinger indagó muy intensamente y quedó visiblemente consternado por los patrones antievangélicos que prevalecían en la iglesia, contra los cuales se dirigían las reformas buscadas por la teología de la liberación. Reformas que impulsaron las conferencias de Medellín y Puebla, culminando en la “opción por los pobres”. Esta opción es de hecho el sello central de la teología de la liberación y ha sido la categoría clave en muchos debates. Los opositores querían derrocar esta opción, que se opone llamativamente al sistema político y económico imperante, utilizando también la ayuda de Roma.

¿Qué significa eso para la relación de Ratzinger con la teología de la liberación?

Sayer: Nunca debemos olvidar que Ratzinger jugó un papel decisivo en la discusión y aclaración de la disputa con Roma. En 2007 ya era Papa. Como Papa Benedicto, inauguró la 5ª Conferencia General de Celam en Aparecida en 2007 con su discurso de apertura de suma importancia. Los opositores querían derribar para siempre la “opción por los pobres”. Sin embargo, Benedicto, el conocido y por todos aceptado teólogo y ahora Papa, zanjó el debate de una vez, al afirmar al comienzo de la conferencia: La “opción por los pobres” está fundamentada en la misma cristología.

Teología y liberación
Teología y liberación Agencias

¿Cómo fue recibido eso?

Sayer: ¡Esa afirmación cayó como un rayo! El Papa puso fin a la disputa ideológica que había durado años y los opositores a la teología de la liberación tuvieron que abandonar el campo. Algunos de ellos incluso abandonaron la conferencia antes de tiempo porque no querían aceptar el documento final.

¿Está en Benedicto XVI más Francisco de lo que pensamos?

Sayer: El documento final de Aparecida fue editado bajo la dirección y responsabilidad del cardenal Jorge Bergoglio. Había sido elegido Presidente de la Comisión Editorial por la Conferencia de Aparecida misma. Por supuesto, el documento incluye la “opción por los pobres”, en referencia al discurso de apertura de Benedicto XVI. Además, los miembros de la comisión de redacción incluyeron cardenales influyentes como Oscar Rodríguez y Carlos Aguiar, expresidentes de la Celam. Fue entonces Benedicto quien también dio su “placet” al documento final de Aparecida, lo que significa que aceptó las peculiaridades de la Iglesia en América Latina y de ninguna manera apoyó las posiciones de los opositores. Los críticos en Europa deberían tomar nota de tales conexiones y no repetir apresuradamente ciertos prejuicios.

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Josef Sayer [81] se convirtió en trabajador de desarrollo en 1980, primero en los Andes peruanos. Después de su ordenación sacerdotal en 1982 fue párroco de comunidades andinas y en parroquias de barrio de miseria en Lima. En 1988 se le ofreció una cátedra de teología pastoral en Friburgo [Suiza]. En 1997 la Conferencia Episcopal Alemana lo eligió Presidente de Misereor, la organización de ayuda y cooperación de la Iglesia Católica en Alemania para América Latina, África, Asia y Oceanía.

*Entrevista original en alemán:

https://www.kath.ch/newsd/josef-sayer-ueber-die-befreiungstheologie-nicht-ratzinger-war-das-problem-sondern-das-opus-dei-und-die-usa/

https://www.katholisch.de/artikel/42880-ex-misereor-chef-ueber-befreiungstheologie-problem-war-nicht-ratzinger

Primero, Religión Digital

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